MIGRAÑA CRÓNICA: DIFERENCIAS CON UN DOLOR DE CABEZA COMÚN
No todo dolor de cabeza es igual. La migraña crónica es un trastorno neurológico complejo que va mucho más allá de una simple cefalea. Mientras un dolor de cabeza común suele ser pasajero, de intensidad leve o moderada y responde fácilmente a analgésicos convencionales, la migraña es un fenómeno incapacitante, con crisis recurrentes que afectan la calidad de vida y que involucran alteraciones profundas en la actividad cerebral y vascular.
La diferencia fundamental está en la frecuencia y la intensidad. Para hablar de migraña crónica, los episodios deben presentarse al menos quince días al mes durante tres meses o más, con crisis que duran de cuatro a setenta y dos horas si no se tratan. El dolor se describe como pulsátil, generalmente en un lado de la cabeza, y se intensifica con la actividad física cotidiana. A menudo viene acompañado de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia), síntomas ausentes en la cefalea común.
Otro rasgo distintivo es la posible aparición de aura, un conjunto de alteraciones visuales o sensoriales previas al dolor: destellos, visión borrosa, puntos brillantes o incluso dificultades para hablar. Estas manifestaciones reflejan la disfunción neuronal transitoria que precede a la crisis. Además, después de un ataque de migraña, muchos pacientes experimentan lo que se conoce como “resaca migrañosa”, marcada por cansancio, dificultad de concentración e irritabilidad, algo que no ocurre con un dolor de cabeza común.
En cuanto a las causas, la migraña implica una interacción compleja de factores genéticos, hormonales, neurológicos y ambientales. Se asocia con una hiperexcitabilidad neuronal y con cambios en neurotransmisores como la serotonina, que alteran la percepción del dolor. Los desencadenantes incluyen estrés, cambios hormonales, falta de sueño, ciertos alimentos y hasta variaciones en el clima. Un dolor de cabeza común, en cambio, suele estar rel
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