«Bluff», el dibujante que fue fusilado por sus caricaturas de Franco.
Un autor al que se está reivindicando (el año pasado le pusieron una calle en Valencia), pero al que la mayoría seguimos desconociendo. Por eso es tan interesante el libro «Bluff». La muerte de un dibujante (El Nadir), que, además de repasar su biografía, recoge algunas de sus mejores viñetas y caricaturas. Su autor, René Parra.
«“Bluff» (1903-1940), fue uno de los dibujantes más destacados de la España republicana -cuenta René. Fue el autor de célebres caricaturas contra Franco y el bando sublevado publicadas en el semanario satírico La Traca.
Al terminar la guerra, fue encarcelado y fusilado junto al editor de la revista, Vicent Miguel Carceller. Desde hace unos años, el tema ha sido estudiado y divulgado, pero me parecía que había aspectos de la historia de Bluff todavía por explicar y aclarar».
«Con este ensayo -continúa el autor-, quería trazar toda su carrera, contextualizar su toma de partido y narrar con detalle el proceso judicial al que fue sometido, en particular cómo se fraguó la acusación que lo presentó como un preso subversivo al que era preciso castigar. Me parecía necesario ahondar en su peculiar caso, en la terrible injusticia de la que fue víctima, a la vez que reivindicar su obra gráfica, en su conjunto insuficientemente conocida».
Siguió haciendo chistes en el periódico de la cárcel.
En abril de 1939 Bluff fue encarcelado y, como parte de la reeducación de los presos, publicó sus chistes en el único periódico que podían leer los reclusos, Redención, donde publicó su personaje Don Canuto, ciudadano peso bruto y otras viñetas que se hicieron muy populares entre los condenados. Hasta que una de esas viñetas pudo costarle la vida.
«El Consejo de Guerra que lo sentenció a muerte -nos comenta René-, lo condenó por sus caricaturas contra Franco y los generales de la “Santa Cruzada”, pero también por sus historietas de “doble sentido” aparecidas en ese semanario carcelario, en el que se había visto forzado a colaborar tras su detención. Una de estas historietas o tiras cómicas ponía en escena a dos pescadores en cuyos anzuelos pica un mismo pez, por cuya posesión terminan peleándose.
Unas semanas antes del juicio, en la prisión de Alicante, un par de confidentes habían señalado que los presos de dicha cárcel hacían una lectura política de la historieta: los dos pescadores representaban a un requeté y un falangista disputándose el poder; se trataba de una alegoría que simbolizaba “el triunfo rojo sobre una España Nacional desunida”.
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