¿Alguna vez sentiste que, justo antes de vomitar, tu boca se llena de saliva?
Es un reflejo protector, una respuesta automática diseñada para cuidarte en segundos.
En esa reacción entran en juego tres guardianes ocultos:
- La parótida
- La submaxilar
- La sublingual
Cuando tu cuerpo detecta que el contenido ácido del estómago está a punto de regresar, estas glándulas se activan al máximo y liberan más saliva de lo habitual.
¿La clave?
Esa saliva está cargada de bicarbonato, capaz de amortiguar el ácido y preparar tu boca y garganta.
¿Qué beneficios tiene este mecanismo?
• Escudo para proteger el esmalte dental.
• Capa que suaviza la irritación de la garganta.
• Lubricación que facilita el paso del vómito.
Incluso en momentos desagradables, tu organismo demuestra su inteligencia:
Esa sensación de “boca aguada” no es un simple malestar… es tu cuerpo defendiendo lo que más importa: tu equilibrio interno.
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Mensaje final: El contenido ofrecido es exclusivamente para fines informativos y de formación. No equivale a una evaluación médica presencial. Cualquier síntoma debe ser valorado por un profesional de la salud.
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