Hoy, según la tradición, nacieron Rómulo y Remo, los legendarios gemelos fundadores de Roma, hijos de Rea Silvia. Corría el año 771 a. C.
Aunque hoy sabemos que Roma se formó de manera gradual, a partir de poblados diseminados en las colinas desde el siglo XII a. C., los propios romanos moldearon su historia para dotarse de un origen mítico. Así, en el siglo VIII a. C., aquel pequeño asentamiento de cabañas se convirtió en la cuna de una leyenda.
A sus 18 años, los hermanos volvieron al lugar donde los había recogido la loba y decidieron fundar Roma. Rómulo trazó con un arado el perímetro sagrado de la ciudad —el «sulcus primigenius»—, delimitando el pomerium y encendiendo un fuego sagrado que, siglos después, seguiría vivo en el templo de las Vestales.
Remo, en un acto de burla o desafío, traspasó el límite del pomerium y fue ejecutado por su hermano. Rómulo, obligado a respetar el rito fundacional, lloró su pérdida.
¿Y la célebre «Loba Capitolina»? Hoy sabemos que la estatua conservada en los Museos Capitolinos no es etrusca, como se creía en tiempos de Winckelmann, sino una obra medieval del siglo XI o XII. Los gemelos se añadieron aún más tarde, en el siglo XV.
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