miércoles, 17 de septiembre de 2025

Tu defensa silenciosa también vive en tu cuello





 Tu defensa silenciosa también vive en tu cuello

Lo que ves en esta imagen no son simples “cables” recorriendo el cuerpo, sino una red de vasos sanguíneos y linfáticos que trabajan juntos para mantenerte con vida y protegido.
🔹 Las venas (azules) son las encargadas de devolver el líquido preciado hemático cargado de desechos y poco oxígeno desde la cabeza hacia el corazón.
🔹 Los vasos linfáticos (amarillos) y sus ganglios son verdaderos filtros biológicos: atrapan virus, bacterias y células dañinas antes de que sigan circulando.
Cada vez que tus defensas reaccionan, estos pequeños nodos se inflaman, avisándote que tu cuerpo está peleando una batalla interna.
El cuello es una de las regiones donde más evidente se vuelve esta unión vital: aquí convergen venas, arterias, nervios y cadenas ganglionares, todos protegiendo funciones esenciales como la respiración, la digestión y la comunicación entre tu cerebro y el resto del cuerpo.
Un detalle importante: cuando un médico palpa tu cuello, no solo busca tensión muscular, también explora esos ganglios linfáticos que pueden revelar infecciones, inflamación o incluso enfermedades más graves.
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Nota aclaratoria: Este contenido es informativo y académico. No reemplaza la valoración clínica directa ni pretende ser una guía de autodiagnóstico. Ante cualquier signo o síntoma, busca atención médica calificada.
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