Esto significa que en personas emocionalmente inteligentes, las regiones del cerebro que detectan emociones importantes y las que regulan respuestas están mejor conectadas de forma direccional, lo que les permite procesar emociones, decidir conscientemente cómo responder, y manejar mejor tanto los impulsos como las reacciones emocionales.

Perfil de una persona con Inteligencia emocional:
No se toma nada personal
Entiende que lo que dicen o hacen los demás habla más de ellos mismos que de uno. No deja que comentarios externos hieran su autoestima.
Habla asertivamente
Se comunica con respeto y firmeza, expresando lo que piensa y siente sin agredir ni callar lo que es importante.
No habla a espaldas de los demás
Evita el chisme y la crítica destructiva. Prefiere la transparencia y resolver los problemas cara a cara.
No se ríe del fracaso ajeno
Comprende que todos tropiezan y aprende de sus caídas. Ve el fracaso de otros como oportunidad de apoyo, no de burla.
Deja ir lo que le hace daño
No se aferra al rencor, al pasado o a personas tóxicas. Prefiere soltar antes que desgastarse.
Respeta los límites de los otros
Reconoce las necesidades y espacios ajenos sin invadirlos. Valora la individualidad de cada persona.
Autorregula sus emociones antes de reaccionar
Se toma un momento para respirar y procesar antes de responder. Así evita actuar impulsivamente.
Transforman la frustración en motivación: no solo controlan la frustración, sino que la convierten en un motor para avanzar.
Gestionan la empatía: no se sobrecargan emocionalmente al conectar con los problemas de otros; saben poner un “filtro sano”.

Hoy Aprendí
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