Jordania, un país en Medio Oriente que guarda algunos de los tesoros históricos y naturales más impresionantes del mundo.

El mayor símbolo de Jordania es Petra, la legendaria ‘ciudad rosa’.
Tallada en roca hace más de 2.000 años por los nabateos, sus templos y tumbas parecen surgir de las montañas del desierto. El Tesoro de Petra, con su imponente fachada, es una de las maravillas del mundo moderno y un lugar que deja sin aliento a cualquiera que lo visita.

Pero Jordania es mucho más. En el desierto de Wadi Rum, conocido como el ‘Valle de la Luna’, paisajes infinitos de arena roja y formaciones rocosas han sido escenario de películas como Lawrence de Arabia y The Martian. 
Allí, las noches estrelladas son de las más impresionantes del planeta.


El Mar Muerto, otro de sus tesoros, es el punto más bajo de la Tierra, situado a más de 400 metros bajo el nivel del mar.
Su alta concentración de sal permite flotar sin esfuerzo, y sus lodos son conocidos por sus propiedades curativas.

En Ammán, la capital, tradición y modernidad se encuentran. Entre mezquitas, mercados y ruinas romanas, se respira la mezcla de culturas que ha marcado la historia de esta tierra. 

Jordania también es parte de la historia bíblica. En el monte Nebo, según la tradición, Moisés contempló la Tierra Prometida. Y el río Jordán es considerado sagrado para millones de creyentes en todo el mundo. 





Su gastronomía refleja hospitalidad: el mansaf, plato nacional hecho con cordero y yogur, y el falafel o el hummus, son parte de la experiencia de compartir la mesa. 

A pesar de estar rodeado de conflictos, Jordania se ha convertido en un país estable y hospitalario, que recibe con los brazos abiertos a viajeros de todo el mundo. Su gente, cálida y orgullosa de su herencia, es el verdadero corazón de la nación. 

Jordania no es solo un destino turístico. Es un viaje en el tiempo, un lugar donde el pasado bíblico, la historia milenaria y la belleza natural se unen para contar la gran
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