¿Alguna vez te has preguntado cómo una pastilla “sabe” exactamente dónde te duele?
Las pastillas para el dolor, como el ibuprofeno, no viajan con un GPS al lugar del dolor.
Cuando las tomas, se disuelven en el estómago y sus componentes pasan a la sangre.
Desde ahí se distribuyen por todo el cuerpo, no solo en el lugar que te duele.
Entonces, ¿por qué sientes alivio justo donde te dolía?
Porque estos medicamentos bloquean las sustancias químicas llamadas “prostaglandinas”, que son las que producen inflamación y dolor.
Y como las prostaglandinas actúan en todo el cuerpo, el medicamento reduce su efecto justo donde hay dolor o inflamación.
No es que la pastilla “sepa” dónde duele, sino que actúa en todo el cuerpo, y el alivio se siente donde más se necesitaba.
Yo soy la Dra. Pau Zúñiga y ahora cuéntame: ¿sabías que las pastillas no buscan el dolor, sino que lo bloquean? 
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