¿Frío o calor? La compresa correcta puede marcar la diferencia
1. Compresa fría
Actúa como un apagafuegos. Su misión es disminuir la inflamación y reducir el dolor agudo. Se recomienda en lesiones recientes como esguinces, golpes, tendinitis aguda o hinchazón después de una cirugía. El frío contrae los vasos sanguíneos y limita la inflamación.
2. Compresa caliente
Funciona como un relajante natural. Aumenta la circulación, afloja la rigidez y calma los músculos. Es ideal en dolores crónicos como contracturas musculares, dolor lumbar persistente, rigidez articular o calambres.
Usar frío cuando deberías aplicar calor (o viceversa) puede empeorar el problema y prolongar el dolor.
La regla es simple:
• Lesión reciente → frío.
• Dolor crónico o rigidez → calor.
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Aviso importante: La información compartida tiene únicamente fines educativos y de divulgación médica. No sustituye la consulta presencial ni debe usarse como diagnóstico. Si presentas síntomas o dudas sobre tu salud, acude siempre a un profesional médico.
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