El 24 de noviembre de 1948, las Fuerzas Armadas Nacionales perpetraron un golpe de Estado contra el gobierno constitucional presidido por Rómulo Gallegos, quien nueve meses antes, el 15 de febrero de 1948, había asumido la presidencia de la República, luego de triunfar en los comicios efectuados el 14 de diciembre de 1947 con el 74.4% de los votos, siendo además la primera vez que el pueblo elegía a través del voto universal, directo y secreto al Presidente de la República. En dichas elecciones, también por primera vez votaron las mujeres y los analfabetas mayores de edad.
Desde febrero a noviembre de 1948, crecieron las disputas entre los partidos de oposición y el partido gobernante, Acción Democrática; se dieron intentos por derrocarlo e intentos de asesinato y hasta se produjo un distanciamiento parcial del presidente con sectores de su propio partido, quien creía que podía contar con militares que él consideró leales como Delgado Chalbaud.
Múltiples fueron los factores que incidieron en la crisis política e institucional que derivó en la caída de Presidente. Por un lado, el partido de gobierno presidido por Rómulo Betancourt (AD), quien se estableció en el poder luego del golpe cívico-militar perpetrado contra el presidente Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945; la unión cívico-militar instalada a raíz del golpe, se empezó a debilitar, y los miembros de las Fuerzas Armadas comenzaron a verse como los socios minoritarios de un proceso político que ellos mismos habían iniciado.
También se produjo el descontento por el comportamiento cada vez más proteccionista del presidente Gallegos con las compañías petroleras extranjeras. Con la Reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta promulgada el 12 de noviembre de 1948, se estableció la imposición adicional de un 50% en el exceso de las ganancias. Porcentaje que saldría de lo que obtuvieran las empresas por encima de los impuestos sobre la renta tributados a la nación, provocando descontentos en algunos sectores militares y empresariales, que sentían sus intereses afectados.
Por su parte, el partido en el que se sustentaba Gallegos, comenzó a ser tildado de sectario al ocupar los principales cargos de la administración pública con sus partidarios. En tal sentido, en poco tiempo AD creció rápidamente como organización, creando un grupo monopolista del poder, denunciado por la oposición.
Es criterio generalizado que el gobierno y el partido que lo elevó a la primera magistratura del país resultaron abusivos, sectarios y anárquicos en el ejercicio del poder, lo que terminó por crear malestar en las Fuerzas Armadas y en sectores de la población.
Esta situación empeoró con las acusaciones de los jefes militares, quienes aseguraban que AD estaba organizando milicias partidistas armadas e intentaba conquistar adeptos en las filas del ejército, además de querer penetrarlas, al hacer que jóvenes de su confianza se inscribieran en las academias militares.
Los niveles de intolerancia de la militancia llegaron a extremos tales de sabotear los mítines de los partidos de la oposición -en especial de COPEI y de las asambleas sindicales, que en muchos casos llegaron a las agresiones físicas. Múltiples son los testimonios del saboteo de los militantes acciondemocratistas contra la oposición.
No pasó mucho tiempo sin que corrieran los rumores de golpe de Estado y derrocamientos. El presidente por su parte desmentía los rumores y “hasta recibía a periodistas con sus pantuflas puestas como una señal inequívoca de que todo marchaba bien”.
El 20 de noviembre son suspendidas las garantías constitucionales, señal inequívoca que ya era demasiado tarde: desde el Ministerio de la Defensa el general Carlos Delgado Chalbaud el 24 de noviembre traicionando la confianza del Presidente dio el anunciado golpe de Estado; “hasta última hora de la mañana del 24 de noviembre Chalbaud le aseguraba al Presidente que nada estaba ocurriendo y que contara con su respaldo. Craso error del novelista pues su Ministro era uno de los jefes de la conspiración”.
Gallegos fue detenido ese día en la mañana y en la tarde se constituyó una Junta Militar de Gobierno presidida por Carlos el exministro de defensa de Gallegos, Delgado Chalbaud e integrada además por Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. El 5 de diciembre Gallegos fue expulsado del país con toda su familia. Al acceder al poder prometieron elecciones, pero con la sistemática persecución de sus opositores eventuales y declarados, se inició una dictadura.
Dos años después, el 13 de noviembre de 1950 es asesinado del presidente de la Junta Militar de Gobierno, Carlos Delgado Chalbaud, y pasó a presidir la junta el Dr. Germán Suárez Flamerich. A partir de 1952, Marcos Pérez Jiménez pasó a mandar hasta enero de 1958.


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