domingo, 7 de diciembre de 2025

¡¡EL REAL MADRID LE QUED脫 GRANDE!!




 ¡¡EL REAL MADRID LE QUED脫 GRANDE!!

馃拃
Solo hemos ganado 2 partidos de los 煤ltimos 7 partidos. 馃ズ馃様

Okey, jugamos mal pero N3GREIR4 nunca puede faltar.




GRACIAS, XABI. ADI脫S 馃憢馃徎

 



El Madrid empieza a rendirse

 El Madrid empieza a rendirse


Se deja tres cuartas partes de la Liga al tirar, una vez m谩s, un tiempo ante el Valencia. Debut贸 Fran Gonz谩lez. Diakhaby, Vinicius, que fall贸 un penalti, y Hugo Duro goleadores. Mamardashvili, heroico.





no no sabe ni que decir, pero es tremendo como estos mercenarios hacen un partido medio decente en bilbao y lees en la prensa como los ponen por las nubes. Un partido decente eh, que sino es por courtois igual ni ganamos.

Si por alguna casualidad le ganamos al city volver谩n los triunfalistas, cualquier persona con dos neuronas sabe que el partido de hoy era mas importante que el de champions, no tenemos equipo paran competir contra un psg, un arsenal, un bayern, lo sabemos todos, TODOS SABEMOS, que esos equipos nos barren en el campo

Era una temporada para poner todos los huevos en el cesto de la liga, y estos tios van andando cada semana, sin mas. Estan desubicados

A m铆 ya no me sale ni hatear. Siento que 茅ste no es el club del que me enamor茅 hace casi 30 a帽os. Lo han convertido en otra cosa, otra cosa con la que es imposible conectar o empatizar.

Ves en la secci贸n de baloncesto a Sergio Llull con 38 a帽os, medio cojo, medio calvo y metiendo la canasta ganadora por en茅sima vez en su carrera y te entran ganas de llorar. Llorar por dos motivos: por lo jodidamente grande que ha sido y es y por contemplar con impotencia c贸mo YA NO HAY NADIE AS脥 en la plantilla de f煤tbol. S贸lo quedan ni帽atos millonarios y consentidos por un presidente que ha convertido al mejor club de la historia del balompi茅 en una franquicia NBA de segundo nivel, tipo Hornets o Clippers, en la que su p煤blico va en plan turista postureta a hacerse selfies con sus coleguis, a comerse sus palomitas y beberse su Coca Colita... y que le den por culo al resultado, como si se pierde de 30.

Eso es el actual Real Madrid: olor rancio, tufo insoportable a pseudocorporativismo americano, donde ya no hay sitio para rom谩nticos como Ra煤l, Modric o Xabi Alonso. El fiel reflejo de lo que es el f煤tbol moderno: insulso, superficial y asqueroso.

Historia La TIERRA olvidada que REDIBUJ脫 el mapa del mundo ENTERO...


 馃嚜馃嚫 #Historia La TIERRA olvidada que REDIBUJ脫 el mapa del mundo ENTERO...


A veces se nos olvida que la historia global no se escribi贸 en las grandes capitales europeas, sino en los pueblos de una tierra dura y fronteriza: Extremadura.


Es un fen贸meno hist贸rico sin igual. ¿C贸mo es posible que, en apenas unas d茅cadas, una sola regi贸n diera a luz a los hombres que conquistar铆an y explorar铆an continentes enteros?


Desde Medell铆n sali贸 Hern谩n Cort茅s para tumbar un imperio en M茅xico. Desde Trujillo, los Pizarro (Francisco, Hernando, Gonzalo) marcharon para conquistar el Per煤 y los Andes. De Jerez de los Caballeros, Vasco N煤帽ez de Balboa para descubrir el Oc茅ano Pac铆fico, y Hernando de Soto para explorar el sur de los actuales Estados Unidos. De Trujillo tambi茅n, Francisco de Orellana, el primer europeo en recorrer el Amazonas.


No eran ej茅rcitos imperiales; eran grupos de hombres nacidos en la misma tierra, forjados con una determinaci贸n que el mundo no hab铆a visto.


Extremadura no fue una simple provincia del imperio; fue su motor humano, la cuna de titanes que, para bien o para mal, conectaron mundos que llevaban milenios separados.


La pr贸xima vez que mires un mapa de Am茅rica, recuerda que gran parte de sus fronteras y su historia se empezaron a trazar en la mente de hombres que crecieron bajo el sol extreme帽o.


¿Somos conscientes del peso gigantesco que Extremadura ha tenido en la historia de la humanidad?

Tal d铆a como hoy pero en 1492 se produjo en Barcelona el intento de asesinato del rey Fernando el Cat贸lico.

 



Tal d铆a como hoy pero en 1492 se produjo en Barcelona el intento de asesinato del rey Fernando el Cat贸lico. El autor del atentado fue un pay茅s de remensa llamado Juan de Ca帽amares (en catal谩n, Joan de Canyamars).

Tras completar la conquista de Granada, a mediados de 1492 los reyes Fernando e Isabel hab铆an viajado acompa帽ados de sus hijos a la ciudad de Barcelona para negociar con los embajadores de Carlos VIII de Francia la devoluci贸n del Rosell贸n y la Cerda帽a, que en el tratado de Bayona de 1462 hab铆an sido cedidos por Juan II de Arag贸n a Luis XI de Francia a cambio de su apoyo en la Guerra Civil Catalana. En el momento del intento de asesinato el rey sal铆a del palacio Real donde acababa de mantener una reuni贸n con los s铆ndicos campesinos. Juan de Canyamars aprovech贸 tal oportunidad para mezclarse con los s铆ndicos y llegar a las inmediaciones del rey y asestarle un rudo golpe en la escalinata del palacio real de Barcelona.
Al parecer llevaba una espada corta escondida bajo la capa y seg煤n las cr贸nicas de la 茅poca solo falt贸 un «hilo de ara帽a» para que le cortara la cabeza al rey ―le hizo una herida que iba desde la oreja hasta la espalda―. Unos mozos le agarraron el brazo al asesino para que no lo intentara de nuevo y lo apu帽alaron tres veces, hasta que el rey reaccion贸 y les dijo que no lo mataran. El rey herido y medio desmayado fue conducido al Palacio mientras se llamaba a «tots los f铆sichs e chirugians d’esta ciutat per medicinar-li la naffra» (‘todos los m茅dicos y cirujanos de la ciudad para curarle la herida’). El golpe fue amortiguado por el collar r铆gido del jub贸n y por una gruesa cadena de oro que el rey llevaba al cuello. Se lleg贸 a temer por su vida pero el rey logr贸 recuperarse.
Tras el atentado la confusi贸n se extendi贸 por la ciudad: en un primer momento se baraj贸 la teor铆a de que el agresor fuera moro o de que el ataque hubiera sido dirigido contra otro miembro de la comitiva real, alcanzando al rey accidentalmente. La posibilidad de que se tratase de una sublevaci贸n llev贸 a la reina a disponer que las galeras castellanas se arrimasen a puerto para poder embarcar r谩pidamente en ellas al heredero Juan y a las infantas. Las informaciones que circularon sobre la muerte del rey agravaron todav铆a m谩s el desorden: la poblaci贸n, armada, tom贸 las calles clamando venganza contra el autor del ataque, a quien distintos rumores supon铆an catal谩n, navarro, franc茅s o castellano, hasta confluir frente al palacio, donde el rey convaleciente hubo de asomarse a la ventana para desmentir su propia muerte y tranquilizar a la muchedumbre.
Seg煤n las cr贸nicas, cuando el asesino fue interrogado en la c谩rcel a donde fue conducido «confes贸 que havia envidiado al Rey por sus buenas venturas; y confes贸 que el diablo le dec铆a cada d铆a a las orejas: ‘Mata a este rey, y t煤 ser谩s rey, que este tiene lo tuyo por fuerza'». Tras esta declaraci贸n se concluy贸 que hab铆a actuado solo y ni el rey ni nadie atribuyeron el atentado a los remensas. Convencido de su estado de demencia, el rey le perdon贸, pero el Consejo Real le conden贸 a muerte por el delito de lesa majestad. El 12 de diciembre fue sacado de la prisi贸n y conducido por toda la ciudad desnudo ligado a un palo siendo mutilado brutalmente durante el recorrido y finalmente apedreado. Lo que qued贸 de su cuerpo fue quemado en la hoguera.
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Majadero Canario



 Un "majadero canario" se refiere a una persona pesada, insistente, molesta o que dice tonter铆as, con un matiz muy espec铆fico en Canarias, donde puede significar alguien "cansino" o "porfiado" que no para de insistir, aunque tambi茅n se usa para describir a un ni帽o llor贸n (llor贸n) o alguien que se enfada mucho, siendo un t茅rmino afectuoso o descriptivo, no siempre un insulto fuerte, a diferencia de su significado m谩s general de "tonto" en otras partes de Espa帽a. 

Significados clave en Canarias:

Pesado/Molesto: Alguien que es muy insistente y molesto con una pretensi贸n o idea. 

Llor贸n/¡Qu茅 fastidio!: Se usa para un ni帽o que lloriquea o para expresar fastidio ante una situaci贸n, como un "¡qu茅 majadero!". 

Tonto/Necio (en menor medida): Aunque el significado m谩s amplio es "tonto", en Canarias el foco est谩 m谩s en la pesadez o insistencia. 

En resumen: Si alguien te llama majadero en Canarias, probablemente te est谩 diciendo que eres muy insistente o "cansino" con algo, no necesariamente que seas un tonto, aunque esa connotaci贸n tambi茅n existe. 

Ten铆a solo diecisiete a帽os cuando unos cuatreros mataron a su hermano delante de sus ojos.

 



Ten铆a solo diecisiete a帽os cuando unos cuatreros mataron a su hermano delante de sus ojos.

Y lo que hizo despu茅s —armada solo con un Winchester y una determinaci贸n forjada durante cuatro d铆as de persecuci贸n— grab贸 su nombre en la leyenda silenciosa del desierto de Arizona.


Arizona, 1883.

Catherine “Cat” Dawson hab铆a crecido sobre una silla de montar, con un arma al hombro y un horizonte tan inmenso que empeque帽ec铆a cualquier problema humano.

El rancho familiar estaba a casi cien kil贸metros del pueblo m谩s cercano: all铆, uno resolv铆a sus propios problemas… o desaparec铆a.


Los Dawson hab铆an sobrevivido quince a帽os.

Hasta aquella noche.


Seis hombres llegaron para robar ganado.

James, el hermano mayor —veintid贸s a帽os, fuerte, honesto, todav铆a idealista— sali贸 con las manos en alto.

Intent贸 negociar. Intent贸 ganar tiempo.


El jefe del grupo, un hombre con una cicatriz sobre la ceja izquierda, lo escuch贸 sin pesta帽ear… y le dispar贸 al pecho.

Sin dudar.

Sin pesta帽ear.


Desde el desv谩n del granero, Cat vio a su hermano desplomarse.

Vio a los hombres re铆r mientras robaban doscientas reses.

Vio a su padre caer de rodillas y emitir un sonido que ning煤n padre deber铆a hacer jam谩s.


El marshal estaba a tres d铆as de distancia a caballo.

Y todos sab铆an que ser铆a demasiado tarde.

All铆, la ley era apenas un susurro. La justicia, un acto personal.


Antes del amanecer, Cat ensill贸 su appaloosa.

Tom贸 cecina, pan seco, dos cantimploras y el Winchester de su padre.

Disparaba desde ni帽a.

Pod铆a acertar a una carta desde cien metros.


Su padre la alcanz贸 antes de que partiera.

Quiso detenerla… pero al ver sus ojos, entendi贸 que era in煤til.


—Cuatro d铆as —le dijo—.

—Si no has vuelto, ir茅 a buscarte.


Cat asinti贸 y desapareci贸 entre las sombras.


Seguir rastros en el desierto exige paciencia y un ojo entrenado.

Cat hab铆a aprendido de los apaches.

La pista la llev贸 hacia el sureste, rumbo a la frontera.


D铆a 1: determinaci贸n.

D铆a 2: calor, cansancio, sed.

D铆a 3: el dolor la alcanz贸, llor贸 un momento… y sigui贸.

Detenerse era romperse.


En la ma帽ana del cuarto d铆a, encontr贸 el campamento en un ca帽贸n angosto.

Seis hombres.

Una sola entrada.

Era un escenario perfecto… si atacaba desde arriba.


Desde la cresta del ca帽贸n, observ贸.

Cont贸 armas.

Evalu贸 sus rutinas.

El jefe era el 煤nico realmente atento.


Esper贸 a que el sol quedara detr谩s de ellos.

Entonces dispar贸.


El primer tiro mat贸 al 煤nico capaz de organizar una persecuci贸n.

El caos estall贸.

Cat cambiaba de posici贸n sin parar, movi茅ndose como un fantasma entre las rocas.

Uno cay贸. Luego otro. Luego otro.


Quedaron solo dos: el jefe y un c贸mplice.

Cat apunt贸 al caballo del c贸mplice, oblig谩ndolo a huir a pie.

Despu茅s se centr贸 en el jefe.


Un disparo certero lo derrib贸.

Cat descendi贸 lentamente.


El hombre estaba en el suelo, herido, consciente.


—T煤… eres la chica del rancho —murmur贸.

—Soy la hermana de James Dawson.


脡l pidi贸 clemencia.

Cat pens贸 en esa palabra… en un lugar donde la ley nunca llegaba.


No se la concedi贸.

Tom贸 sus armas, su agua y lo dej贸 all铆, bajo el sol, en un ca帽贸n donde ni un hombre sano podr铆a sobrevivir.


Hay castigos que no requieren balas.


Tres d铆as m谩s tarde, Cat regres贸 al rancho con las doscientas reses.

Llevaba sangre seca en la camisa, polvo del desierto en la piel…

y en los ojos algo roto, algo demasiado adulto para sus diecisiete a帽os.


El marshal lleg贸 una semana despu茅s.

Hizo algunas preguntas.

Y todos los rancheros de la zona fueron repentinamente v铆ctimas de una profunda amnesia.

No vieron nada.

No oyeron nada.

No saben nada.


Solo una muchacha recuperando su ganado.

¿Los ladrones? Seguramente perdidos en el desierto.


Nunca hubo cargos.

Nunca hubo investigaci贸n.

Cat jam谩s habl贸 de aquellos cuatro d铆as.


Sigui贸 trabajando, domando caballos, criando a sus hijas.

Cuando alguien preguntaba c贸mo recuper贸 el ganado, ella respond铆a simplemente:


—Recuperamos lo que era nuestro.


Catherine Dawson muri贸 en 1932, a los sesenta y seis a帽os.

Su obituario hablaba de caballos y de servicio a la comunidad.

Nada del verano de 1883.


Pero el d铆a de su funeral, unos pocos ancianos se quedaron aparte, en silencio.

Ellos sab铆an la verdad.

Uno murmur贸:


—A los diecisiete a帽os sali贸 sola.

Volvi贸 con justicia.


La historia recuerda a bandidos famosos, a marshals heroicos, a pistoleros legendarios.

Pero suele olvidar a la muchacha que am贸 tanto a su hermano que tom贸 un arma, cruz贸 el desierto y se convirti贸, en solo cuatro d铆as, en algo que ning煤n ni帽o deber铆a tener que ser.


La verdadera pregunta no es si Cat hizo lo correcto.

La verdadera pregunta es:


Si mataran a la persona que m谩s amas, la ley estuviera a cuatro d铆as…

y la justicia dependiera solo de ti…


¿Qu茅 har铆as?

¿Y podr铆as vivir contigo despu茅s?

Ella era maestra de escuela.



 Ella era maestra de escuela.



脡l era el forajido m谩s buscado de Estados Unidos.

Su historia de amor no estaba destinada a tener un final feliz… y aun as铆, lo tuvo.

Mira bien esta fotograf铆a.

No ver谩s humo de rev贸lveres.

No ver谩s caballos al galope.

No ver谩s carteles de “WANTED” ni cajas fuertes reventadas.

Ves algo mucho m谩s raro en toda la historia del Viejo Oeste:

un instante de calma en la vida de uno de los bandidos m谩s famosos del pa铆s.

脡l es Frank James, el hermano mayor de Jesse James, nombre que alguna vez sembr贸 terror en Misuri y m谩s all谩.

A su lado est谩 Annie Ralston James, una maestra culta, educada para casarse con un hombre respetable… no con un fugitivo moldeado por la guerra, los robos y a帽os enteros viviendo a la sombra.

Nadie imagin贸 que terminar铆an as铆: juntos, en paz.

Una uni贸n improbable.

Annie proven铆a de un ambiente estable y respetable. Le铆a, escrib铆a, pensaba.

Su destino parec铆a claro: casarse con un abogado, un comerciante, alguien serio y predecible.

Frank James no era nada de eso.

Hab铆a sido guerrillero confederado.

Hab铆a robado trenes.

Hab铆a asaltado bancos.

Su rostro aparec铆a en avisos de b煤squeda de varios estados.

Viv铆a escondido, siempre preparado para huir.

Y aun as铆, en 1874, ocurri贸 lo impensable:

Frank y Annie huyeron para casarse.

Fue en el mismo verano en que Jesse James se cas贸 con Zerelda.

Durante un breve momento, los hermanos James creyeron que pod铆an vivir dos vidas:

la del forajido… y la del esposo.

Pero Frank sigui贸 cabalgando ocho a帽os m谩s.

Atracos, tiroteos, persecuciones.

La banda James-Younger se convirti贸 en leyenda, mientras Annie esperaba en casa sin saber si su marido regresar铆a o morir铆a en alg煤n cruce de caminos.

Entonces lleg贸 el golpe que lo cambi贸 todo.

3 de abril de 1882. Jesse James cae asesinado.

Seis meses despu茅s, Frank hace lo inimaginable:

se entrega.

Entra al despacho del gobernador de Misuri, se quita el cintur贸n con las armas, lo coloca sobre el escritorio y dice:

«Me han perseguido durante veinti煤n a帽os. Estoy cansado.»

Lo juzgan por asesinato.

Lo juzgan por robo.

Las salas se llenan: todos quieren ver caer al bandido famoso.

El veredicto: inocente.

No porque jam谩s hubiera cometido delitos, sino porque ya era una figura m铆tica.

Los jurados no pudieron condenarlo: la leyenda pesaba demasiado.

Y entonces Frank hizo algo que casi ning煤n western se atreve a imaginar.

Se volvi贸 un hombre com煤n.

No huy贸 a M茅xico.

No volvi贸 a delinquir.

No muri贸 en un duelo al sol del desierto.

Frank James vendi贸 zapatos.

Trabaj贸 en espect谩culos del Oeste.

Fue operador de tel茅grafo.

Empleado de teatro.

Starter de carreras de caballos.

Regres贸 a vivir en la granja familiar de Kearney, Misuri, donde hab铆a crecido con Jesse.

Las paredes a煤n ten铆an agujeros de bala de los antiguos asaltos y de las redadas de los detectives Pinkerton.

La casa, alguna vez un refugio para pr贸fugos, se convirti贸 en un hogar.

Frank trabajaba la tierra.

Annie manten铆a la casa.

Tuvieron un hijo, Robert, que conoci贸 a su padre no como forajido, sino como agricultor tranquilo.

Frank James muri贸 el 18 de febrero de 1915, a los 72 a帽os, en su cama, en la misma granja donde hab铆a nacido.

Sin violencia.

Sin huida.

Sin armas.

Solo un viejo cansado que por fin encontr贸 la paz, con Annie a su lado.

Ella se qued贸 all铆 casi treinta a帽os m谩s.

Cuid贸 la memoria de Frank, la granja, la historia que hab铆an construido juntos.

Vio transformarse a Estados Unidos: los a帽os 20, la Gran Depresi贸n, otra guerra mundial.

Vio c贸mo el Viejo Oeste se convert铆a en mito cinematogr谩fico.

Muri贸 el 6 de julio de 1944, a los 91 a帽os, habiendo sobrevivido a Frank, a Jesse y a toda una era.

Annie no dispar贸 un arma.

No cabalg贸 en ninguna huida.

No apareci贸 en ning煤n cartel.

Pero le dio a Frank James algo que ninguna pistola habr铆a podido darle:

una vida en paz.

Ella fue la prueba de que incluso quienes vivieron rodeados de violencia pueden encontrar la calma.

Que incluso los nombres temidos pueden terminar sentados en un porche, bajo el sol de Misuri, cosechando redenci贸n.

En esta fotograf铆a no est谩s viendo a un delincuente y a su v铆ctima.

Est谩s viendo a un forajido… y a la mujer que lo ayud贸 a volver a casa.