Cuando el aire se apaga sin aviso

 Cuando el aire se apaga sin aviso

Subió las escaleras y de pronto sintió que el aire se le escapaba.

El corazón latía con fuerza, el pecho dolía y cada respiración era una batalla.

En urgencias, la tomografía reveló la causa: una embolia pulmonar.

Un coágulo de sangre, formado en una pierna, había viajado silenciosamente por el torrente sanguíneo hasta alojarse en las arterias del pulmón.

Allí bloqueó el paso del oxígeno, provocando un colapso interno que puso su vida en riesgo.

Por dentro, el corazón lucha contra la resistencia del pulmón, el cuerpo se queda sin oxígeno, y cada célula comienza a desesperar.

A veces ocurre tras una cirugía, un largo viaje o incluso por permanecer mucho tiempo inmóvil.

Y cuando llega, el tiempo lo es todo.

Reflexión:

La embolia pulmonar nos recuerda que el cuerpo habla antes de gritar.

Escuchar la falta de aire, el dolor repentino o el cansancio sin motivo puede ser la clave para salvar una vida.

La siguiente información tiene fines netamente educativos y académicos. No reemplaza la valoración médica profesional.

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