miércoles, 8 de octubre de 2025

En la antigua Grecia, el conocimiento era un privilegio reservado a los hombres.

 



En la antigua Grecia, el conocimiento era un privilegio reservado a los hombres. Las mujeres no podían estudiar medicina ni ejercerla. Pero Agnódice, nacida en el año 300 a. C., desafió ese destino.

Decidida a aprender, se cortó el cabello y se disfrazó de hombre para ingresar en la escuela de medicina de Alejandría. Bajo su identidad secreta, destacó como alumna brillante y se convirtió en médico.
Un día, en las calles de Atenas, escuchó los gritos de una mujer en labor de parto. Intentó ayudarla, pero la mujer se negó: no quería ser atendida por un hombre. Entonces, Agnódice reveló su verdadera identidad y asistió el parto. Desde ese momento, su fama se extendió entre las mujeres atenienses, que acudían a ella en busca de ayuda.
Su éxito despertó la envidia de los médicos varones, quienes la acusaron de seducir a sus pacientes. Durante el juicio, Agnódice volvió a descubrir su secreto y mostró que era mujer. Pero en lugar de absolverla, el tribunal la condenó a muerte por haber estudiado y practicado medicina siendo mujer.
Sin embargo, las mujeres de Atenas se levantaron. Las esposas de los jueces y muchas ciudadanas marcharon para defenderla, amenazando con morir junto a ella si se cumplía la sentencia. La presión fue tal que los jueces revocaron el castigo y cambiaron la ley: desde entonces, las mujeres pudieron ejercer la medicina, siempre que atendieran a otras mujeres.
Agnódice pasó a la historia como la primera médica y ginecóloga del mundo antiguo, un símbolo de valentía y conocimiento frente a la opresión.
Puede ser una imagen de 1 persona
Todas las reacciones:
5,5 mil

No hay comentarios: