La propiedad fisiológica del corazón que ha hecho posible el trasplante

El avance de la medicina moderna nos ha permitido algo que parecía impensable: trasplantar un corazón humano. Este logro, sin embargo, no solo depende de la cirugía y la tecnología, sino también de una característica única del propio corazón: la automaticidad.
La automaticidad es la capacidad del corazón de generar impulsos eléctricos por sí mismo, gracias al nódulo sinusal, su marcapasos natural. Esto significa que, mientras el corazón reciba el aporte adecuado de oxígeno y nutrientes a través del líquido preciado, hemático, puede seguir latiendo fuera del cuerpo, incluso en condiciones controladas.
Gracias a esta propiedad, hoy es posible transportar un corazón en cajas de preservación especializadas, que mantienen el órgano con irrigación y oxigenación hasta que llega al receptor. Estas tecnologías aumentan el tiempo de viabilidad del órgano y mejoran las posibilidades de éxito del trasplante.
Lo que vemos en la imagen no es ciencia ficción: es ciencia pura. Un corazón latiendo fuera del cuerpo, a la espera de dar una nueva oportunidad de vida.
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Recordatorio esencial: La información presentada tiene carácter académico y educativo. No constituye consulta médica, ni debe ser utilizada para autotratarse. Si tienes molestias o preocupaciones, consulta a tu médico de confianza
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