martes, 18 de noviembre de 2025

El 18 noviembre de 1863 nació en Zuera




 El 18 noviembre de 1863 nació en Zuera (Zaragoza) Odón de Buen, destacado naturalista que destacó como fundador de la oceanografía española.

Nacido en el seno de una familia humilde. Realizó los estudios de bachillerato en Zaragoza y en esa misma ciudad comenzó la carrera de ciencias naturales, aunque se trasladó a Madrid donde se licenció en 1884, obteniendo el título con el Premio Extraordinario. Un año después tendría lugar un hecho que marcaría su vida y su carrera: Odón de Buen es comisionado por el Ministerio de Fomento para realizar investigaciones oceanográficas en el viaje de circunnavegación a bordo de la fragata Blanca, buque escuela de tres palos en el que se formaban los guardiamarinas españoles. Este viaje sería crucial para él. Con 22 años, adivinó el destino de su futura inclinación científica y a su vez, abrió el camino al desarrollo de la Oceanografía en nuestro país. En la veterana fragata compartió experiencias con algunos científicos más, eran 350 hombres a bordo. Partió de Cartagena con rumbo a Escandinavia y regresó haciendo escala en las costas argelinas. Así recordaba Odón de Buen su mítico viaje durante un discurso que pronunció en 1903: "Conocí el mar; le contemple soberbio, imponente, en tempestades violentas, moviendo nuestro fragatón de madera, con desprecio a su insignificancia, y arrancándole gemidos agudos [...]. Vi el mar apacible, dulce, enervante, surcándole la Blanca majestuosamente, al más ligero soplo de viento, o meciéndole en días de calma. Vi costas sonrientes, rías tranquilas, islas maravillosas, o acantilados sombríos, como fantasmas al través de la niebla. y sentí afanes insaciables por conocer los secretos ocultos bajo las olas, y las causas, poco aparentes, del origen y de la vida de los océanos; y leí mucho, y pensé mucho, y formé decisión firme de dedicarme a la Oceanografía, que entonces alboreaba".
En 1900 obtuvo la plaza de profesor titular en la Universidad de Barcelona, impartiendo las asignaturas de Botánica, Zoología, Mineralogía y Geología. Influenciado por sus grandes maestros, seguirá con sus alumnos una línea pedagógica moderna, organizando prácticas y excursiones y rechazando la tradición memorística y religiosa de la enseñanza de las Ciencias Naturales. En esta misma línea comenzó a publicar una serie de excelentes libros de texto. Sus manuales de Geología, Zoología y Botánica alcanzaron numerosas ediciones y fueron los primeros textos realizados en España de síntesis académica basados rigurosamente en el evolucionismo darwinista.
Odón de Buen comenzó a prepararse a fondo en los temas oceanográficos. Realizó estudios en la Universidad de Burdeos y en el Laboratorio Oceanográfico Francés de Banyuls, en cuyo buque Roland realizó las primeras campañas de exploración marina en Baleares y la costa catalana. En estas travesías inició una fuerte amistad con el príncipe Alberto I de Mónaco, quien le puso en contacto con la élite oceanográfica mundial a través de diversos proyectos de investigación. Los esfuerzos de Odón de Buen por impulsar los estudios del mar en nuestro país dieron al fin sus frutos: en 1906 fundó la primera estación oceanográfica española en el Mediterráneo: el Laboratorio de Biología Marina de Portopí (Mallorca), del que fue nombrado director. En este laboratorio inició importantes estudios científicos, siendo la antesala de lo que más tarde sería el Instituto Español de Oceanografía. Pero las ideas progresistas de Buen chocan con los estamentos más rígidos del Estado. En 1909 la iglesia le relaciona directamente con los hechos acaecidos en la Semana Trágica de Barcelona y es excomulgado por el obispo de Barcelona. Viéndose obligado a abandonar la ciudad, se traslada a Madrid, donde supera todos los obstáculos, consiguiendo el título de catedrático numerario de la Universidad Central de Madrid.
Estabilizada su actividad docente, se volcará de nuevo en su pasión oceanográfica y tras el éxito del laboratorio de Baleares promueve la creación de un centro oceanográfico de carácter estatal, algo que conseguirá por fin en 1914, fecha de la fundación del Instituto Español de Oceanografía. Se integraron en el nuevo organismo los laboratorios de Biología Marina de Mallorca y Málaga y posteriormente, la Estación de Biología Marítima de Santander, fundada por González de Linares en 1886. Su labor al frente del instituto fue de gran trascendencia, especialmente como representante de la Ciencia española en numerosas citas internacionales. Promovió la participación de España en importantes eventos y organizó actividades tan importantes como la creación de la Comisión Internacional del Mediterráneo en 1919 o el Consejo Oceanográfico Iberoamericano, del que redactó sus estatutos. También participó activamente en la XII y XIII Reunión Internacional del Consejo Permanente Internacional para la Exploración del Mar, en Londres y Copenhague, donde advirtió premonitoriamente, del peligro que suponía para la fauna marina el vertido de petróleo y aceites usados.
Paralelamente, Odón de Buen siguió con su labor científico-educativa con numerosas publicaciones, muchas de ellas de carácter general y relacionadas con las asignaturas que impartía en la Universidad Central, y otras dedicadas a cuestiones puramente oceanográficas. En 1921 publicó Origen de los mares, una monografía dedicada a la geología marina, y en 1930, Metamorfosis de los animales marinos, un tratado sobre diferentes aspectos de la fauna marina. A lo largo de su carrera acumuló importantes títulos académicos y honorarios internacionales como los de Profesor Honorario de la Universidad de San Marcos de Lima (1896), Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burdeos (Francia) y Presidente de Honor de la Société Zoologique de France (1908), Corbata de la Legión de Honor de Francia en París (1925) y condecoración de Grado de Oficial de la Orden de la Corona de Italia (1930).
Se jubiló de la plaza de catedrático en noviembre de 1933 pero, por aprobación unánime del claustro de la Facultad de Ciencias, se le prorrogó hasta octubre de 1934. Fue entonces cuando recibió un emotivo homenaje en Madrid, donde participó la élite científica del país y en el que se resaltó su magnífica labor pedagógica, divulgadora y científica. Los últimos años de Odón de Buen están marcados por las consecuencias que la Guerra Civil tuvo para él y su familia.
La Guerra Civil le sorprendió en Palma de Mallorca trabajando en su laboratorio, y fue detenido por los sublevados y enviado a prisión. En los mismos días fue apresado en Córdoba su hijo Sadí, médico, recordado sobre todo por sus esfuerzos por la erradicación de la malaria, que fue fusilado. Las privaciones y la dureza de la cárcel agravaron su diabetes. Fue enviado al hospital, donde se recuperó con la ayuda de médicos que habían sido alumnos suyos. En el hospital, después de la cena, daba charlas a otros pacientes sobre biología marina. El cónsul danés y el británico se comunicaron con él en prisión y presionaron para su liberación. Después de un año en prisión, fue liberado y tuvo que marchar al exilio, primero a Francia y más tarde a México, siguiendo a sus hijos Rafael y Fernando, como él, grandes investigadores y científicos que desarrollarían su carrera en el país hispanoamericano. Así pues, de Odón inició el camino del destierro a la edad de 78 años, siguiendo los pasos de otros insignes naturalistas españoles, encabezados por Ignacio Bolívar que llegó a México ya nonagenario. Su avanzada edad no impidió a de Buen implicarse en numerosos proyectos educativos y científicos, colaborando asiduamente con la Universidad Autónoma de México. Sus últimos trabajos fueron Síntesis de una Vida Política y Científica, en la que recoge algunos discursos pronunciados en actos significativos, y algunos trabajos científicos que publicó en la revista Ciencia. Murió en Ciudad de México en 1945, a la edad de 82 años.
Durante la dictadura de Franco, su nombre fue relegado al olvido. En el 2003, sus restos mortales se trasladaron desde México a su Zuera natal, donde se inhumaron en un mausoleo en el cementerio municipal de esta localidad. En el 2006, los restos de su esposa, Rafaela Lozano, se trasladaron desde Francia a Zuera, donde en la actualidad descansan junto a los de Odón de Buen.
“En el futuro la Oceanografía debe ser la base común de nuestro trabajo. Será la ciencia que llene y aglutine todas las conclusiones de la Geodesia y la Geofísica, limitadas como han estado, hasta ahora, casi exclusivamente a los continentes. Sueño con ese imperio de la Oceanografía, ya que los océanos lo han sido todo en el pasado de la Tierra y dominan todavía. Como los océanos pertenecen a todos y nadie los posee, pertenecen a los más atrevidos pensamientos, a los espíritus científicos más emprendedores, a la labor humana más difícil y a la mejor organizada, a los pueblos más civilizados y a los más poderosos. Serán el campo de todos los esfuerzos de la ciencia y la exploración debe ser colectiva y su explotación racionalizada por acuerdos comunes. Aún conservan revelaciones científicas transcendentales e inexplorada riqueza. La Oceanografía es, pues, una ciencia internacional y siempre deberá ser así.”
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