La viejita y los quesos.
La viejita y los quesos

Una viejita llamada Matilde tenía una cabra
que daba mucha leche.

Con la leche de la cabra hacía quesos
y los vendía en el mercado.

Julián, el vecino, también hacía quesos,
pero sus cabras daban menos leche
que la cabra de la viejita. Todos los días,
mientras ordeñaba sus cabras, Julián
se preguntaba muy enojado:
-¿Cómo hará la viejita para hacer
tantos quesos con la leche de una sola cabra?






Una viejita llamada Matilde tenía una cabra
que daba mucha leche.

Con la leche de la cabra hacía quesos
y los vendía en el mercado.

Julián, el vecino, también hacía quesos,
pero sus cabras daban menos leche
que la cabra de la viejita. Todos los días,
mientras ordeñaba sus cabras, Julián
se preguntaba muy enojado:
-¿Cómo hará la viejita para hacer
tantos quesos con la leche de una sola cabra?

Una noche, mientras todos dormían, Julián
entró al corral de la casa de la viejita, dejó
una cabra de su rebaño y se llevó la cabra
de Matilde.

Por la mañana, cuando Matilde se levantó
a ordeñar su cabra, se dio cuenta de que
se la habían cambiado. Sin embargo,
esta cabra dio tanta leche como la otra.

Al mediodía, Matilde encontró a Julián
en el mercado y le dijo: -¿Así que hiciste
muchos quesos con la leche de mi cabra?

-No -respondió Julián-.
Sólo me dio leche para un queso.

Ya ves, te llevaste mi cabra, pero no
mi secreto. El secreto no es la cabra,
sino la alegría con la que hago mi trabajo.

Libro de lecturas de primer grado (el de la portada del perrito)
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