martes, 26 de agosto de 2025

CÁNCER GÁSTRICO SUELE ESTAR ASOCIADO A LA BACTERIA HELICOBACTER PYLORI, QUE INFLAMA LA MUCOSA DEL ESTÓMAGO

 



CÁNCER GÁSTRICO SUELE ESTAR ASOCIADO A LA BACTERIA HELICOBACTER PYLORI, QUE INFLAMA LA MUCOSA DEL ESTÓMAGO

El cáncer gástrico es uno de los tumores más frecuentes y agresivos del aparato digestivo, y su desarrollo está estrechamente relacionado con la infección crónica por la bacteria Helicobacter pylori. Este microorganismo, capaz de sobrevivir en el ambiente ácido del estómago gracias a la producción de ureasa, provoca una inflamación persistente de la mucosa gástrica que, con el tiempo, puede evolucionar hacia gastritis crónica, atrofia, metaplasia intestinal y finalmente carcinoma. Aunque no todas las personas infectadas desarrollan cáncer, la presencia prolongada de la bacteria es uno de los principales factores de riesgo identificados en la aparición de esta enfermedad.
El proceso comienza cuando H. pylori coloniza la mucosa del estómago, debilitando su capa protectora y favoreciendo el daño de las células epiteliales por los ácidos gástricos. Esta inflamación crónica desencadena una cascada de cambios celulares y moleculares que, en individuos predispuestos, puede transformarse en lesiones precancerosas. Además, factores como la predisposición genética, una dieta rica en sal, carnes procesadas y ahumadas, el consumo de alcohol, el tabaquismo y la falta de frutas y verduras potencian el riesgo de que la infección evolucione hacia cáncer gástrico.
Los síntomas en fases iniciales suelen ser inespecíficos, lo que dificulta su detección temprana. Entre ellos se encuentran dolor abdominal, acidez, pérdida de apetito, náuseas, sensación de saciedad precoz y adelgazamiento involuntario. En etapas más avanzadas pueden presentarse vómitos con sangre, anemia por sangrado oculto y debilidad generalizada. Debido a la ausencia de signos claros en sus primeras fases, muchos casos se diagnostican en etapas tardías, lo que reduce las posibilidades de tratamiento curativo.
El diagnóstico incluye endoscopia digestiva alta con toma de biopsias, que permite tanto detectar la infección por H. pylori como identificar lesiones precancerosas o tumorales. El tratamiento de la infección se basa en esquemas combinados de antibióticos y fármacos que reducen la acidez gástrica, lo que disminuye significativamente el riesgo de progresión hacia cáncer. En los casos ya diagnosticados de tumor gástrico, el abordaje incluye cirugía, quimioterapia, radioterapia y, en algunos pacientes, terapias dirigidas o inmunoterapia.
En síntesis, el cáncer gástrico se asocia con frecuencia a la infección crónica por Helicobacter pylori, cuya capacidad de inflamar y dañar la mucosa gástrica convierte al estómago en un terreno propicio para el desarrollo de lesiones malignas. Detectar y erradicar la bacteria a tiempo, junto con adoptar hábitos alimenticios saludables y controles médicos regulares, representa una de las estrategias más efectivas para reducir el riesgo de este cáncer que, a pesar de su agresividad, puede prevenirse y enfrentarse con éxito si se actúa de manera temprana.

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