RIÑONES — la espuma en la taza fue la primera señal… y nadie la escuchó
“Solo estoy cansado”, repetía. Pero los tobillos amanecían hinchados 
, la orina hacía espuma como cerveza 
, y el sueño no lo recargaba
. En silencio, dos órganos del tamaño de un puño filtraban 150 litros de plasma al día para dejar apenas 1–2 litros de orina
, equilibraban sodio y potasio
, activaban vitamina D 
, producían eritropoyetina para los glóbulos rojos
y regulaban la presión con renina
. Pero la diabetes y la hipertensión fueron cerrando miles de filtros como estrellas que se apagan 

: riñones cicatrizados, pequeños, silenciosos.














Llegaron el picor, los calambres nocturnos, el aliento urémico, la piel ceniza. “Empezamos diálisis”, dijeron. Él sonrió para no preocupar, pero la vida se volvió pasillos de hospital y relojes que marcan turnos 
. Un día faltó… y la silla lo esperó vacía. En casa, un vaso de agua quedó a medio beber
.



Cuida hoy lo que te cuida siempre: controla azúcar y presión
, bebe agua suficiente
, menos sal y ultraprocesados 
, cero tabaco
, muévete a diario
, evita antiinflamatorios por tu cuenta 
y hazte chequeos (creatinina, eGFR, albúmina en orina)
. Si notas hinchazón, orina espumosa, orinar poco o fatiga intensa, consulta de inmediato
. Cada filtro que salvas es un día que ganas. 












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