domingo, 19 de octubre de 2025

El lago Baikal, en Siberia, no es solo un paisaje hermoso




 El lago Baikal, en Siberia, no es solo un paisaje hermoso: es el mayor depósito de agua dulce líquida de la Tierra. Su cuenca guarda alrededor del 20% del agua dulce superficial no congelada del planeta, gracias a un volumen gigantesco de unos 23 600 kilómetros cúbicos y a una profundidad máxima cercana a 1 642 metros. Es también uno de los lagos más antiguos conocidos, con una edad estimada de entre 25 y 30 millones de años, lo que le ha permitido evolucionar como un auténtico laboratorio natural.

Esa historia tan larga explica su biodiversidad única: se han descrito miles de especies y una proporción notable es endémica, es decir, no existe en ningún otro lugar del mundo. Entre ellas destaca la nerpa, la única foca exclusivamente de agua dulce. Las aguas de Baikal son extraordinariamente claras y están oxigenadas incluso a gran profundidad, rasgos poco comunes que favorecen ecosistemas muy particulares.
Aunque goza de protección internacional por su valor natural, enfrenta amenazas modernas —calentamiento del clima, contaminación y especies invasoras— que requieren vigilancia y gestión constante. Cuidar Baikal es proteger una reserva crítica de agua dulce y un patrimonio biológico y geológico irrepetible del planeta.

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