Existe un nervio que no duerme nunca y gobierna más de lo que imaginás: el nervio vago
Aunque su nombre suene engañoso, el nervio vago está lejos de ser pasivo. Es uno de los nervios más largos, activos y determinantes del cuerpo humano, y trabaja las 24 horas para mantenerte con vida y en equilibrio.
Su nombre viene del latín vagus, que significa “errante”, porque recorre el cuerpo como una gran autopista de comunicación entre el cerebro y los órganos vitales.
¿Por dónde viaja?
- Se origina en el tronco encefálico
- Desciende por el cuello
- Cruza el tórax
- Llega al abdomen
En ese trayecto se comunica con el corazón, los pulmones, el esófago, el estómago, el hígado, el páncreas, los intestinos y otros órganos clave.
Su rol es central: es uno de los pilares del sistema nervioso parasimpático, el encargado de la recuperación, la calma y el equilibrio interno.
¿Qué regula el nervio vago?
- La frecuencia cardíaca
- La presión arterial
- El ritmo respiratorio
- La digestión y el movimiento intestinal
- La secreción gástrica y pancreática
- La respuesta inmunológica
- Y algo fundamental: la conexión entre emociones, estrés y cuerpo
Por eso hoy se sabe que el nervio vago participa activamente en trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés crónico y algunas enfermedades inflamatorias. No es casual que técnicas como la respiración profunda, la meditación, el canto o ciertas terapias busquen estimularlo.
Más que un nervio, es un regulador maestro
No solo transmite señales: interpreta, modula y adapta. Es el puente silencioso entre lo que pensás, lo que sentís y cómo responde tu cuerpo.
Así que no, el nervio vago no es “flojo”. Es uno de los trabajadores más incansables del organismo: discreto, invisible… y absolutamente esencial.
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Recordatorio esencial: La información presentada tiene carácter académico y educativo. No constituye consulta médica, ni debe ser utilizada para autotratarse. Si tenés molestias o preocupaciones, consultá a tu médico de confianza.

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