Hoy queremos recordar que un 27 de julio de 1909 se produce el mal llamado “Desastre del Barranco del Lobo”, donde un convoy al mando del general Pintos sufre una emboscada que causa numerosas bajas y la muerte del propio general, así como la de varios de sus oficiales y soldados.
Aunque el convoy consigue cumplir su misión y, además, desalojar a los emboscados de la zona, el error común de la prensa y opinión pública de asumir que todas las bajas son muertes en combate hace que la cifra de estas provoque gran alarma social, reactivando incluso los disturbios en Barcelona que ya estaban casi controlados.
Analizadas en términos militares, las casi 900 bajas de la acción se concretan en 153 muertos y cerca de 600 heridos. Entre los jefes y oficiales, el número de bajas es de los más elevados de nuestra historia militar, siendo de 17 muertos y 35 heridos, lo que hace una buena idea de la costumbre de la oficialidad española de combatir en primera línea. Pero, pese a esto, es algo muy lejos de ser calificado de "desastre".
El barranco del lobo es también una de las acciones en las que más se ha distinguido el soldado de reemplazo, como demuestra el elevado número de condecorados tras la misma y de la que esta imagen quiere ser un homenaje

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