miércoles, 19 de noviembre de 2025

“Venceréis, pero no convenceréis”: por qué sigue resonando hoy




 “Venceréis, pero no convenceréis”: por qué sigue resonando hoy

La célebre frase de Miguel de Unamuno —“Venceréis, pero no convenceréis”— pronunciada en 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, no es solo una sentencia histórica: es un recordatorio de que ninguna victoria basada en la fuerza puede reemplazar la legitimidad que nace de las ideas, la razón y el diálogo.
Unamuno denunció con esas palabras la arrogancia de quienes creen que dominar es lo mismo que tener la razón. Señaló la diferencia entre imponer y convencer, entre el poder que se sostiene en la violencia y el que se construye con argumentos. Su mensaje iba más allá del momento histórico: advertía de los peligros de cualquier proyecto que pretenda silenciar la diversidad de pensamiento.
Hoy, la frase sigue viva porque plantea una pregunta fundamental:
¿De qué sirve “vencer” si no se construye una sociedad donde las personas participen, cuestionen y decidan libremente?
Recordar este episodio no es quedarse en el pasado, sino mantener presente que la democracia se fortalece con voces críticas, con educación, con debate, y con la defensa de la dignidad humana. Unamuno nos invita a reafirmar esa convicción: las ideas no se sostienen por la fuerza, sino por su capacidad de hablarle al corazón y a la inteligencia de la gente.

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