viernes, 14 de noviembre de 2025

En 1966, la vida de David Reimer, de ocho meses, dio un giro




 En 1966, la vida de David Reimer, de ocho meses, dio un giro devastador durante una circuncisión rutinaria en un hospital de Winnipeg. Un médico sustituto utilizó un cauterizador eléctrico, quemándole el pene de forma tan grave que acabó desprendiéndose. Las opciones de reconstrucción eran limitadas, lo que dejó a sus padres, Janet y Ron Reimer, desesperados. Dos años después, consultaron al Dr. John Money, un investigador pionero en sexualidad de la Universidad Johns Hopkins, quien había acuñado el término "identidad de género" y defendía las cirugías de reasignación de sexo tempranas. Money vio en David un sujeto de prueba ideal para su teoría de que el género se forma por la crianza, no por la naturaleza, y convenció a los Reimer para que lo criaran como una niña llamada Brenda, con su gemelo idéntico Brian como grupo de control. En 1967, a los 22 meses, David fue castrado y el tejido restante se utilizó para crear una hendidura vaginal cosmética. Posteriormente, se le administraron hormonas femeninas para inducir los cambios de la pubertad.

Los Reimer ocultaron la verdad, vistiendo a Brenda con ropa de niña y matriculándola en la escuela como mujer, pero ella luchó intensamente: rechazaba las muñecas, se resistía a los vestidos y mostraba un comportamiento agresivo, incluyendo acoso a chicos e imitando gestos masculinos. Las visitas anuales de Money reforzaron el experimento, restando importancia a la angustia de Brenda, considerándola un rasgo típico de una niña "marimacho", y presionando a la familia para que continuara, incluso cuando los intentos de suicidio de Brenda se intensificaron durante su adolescencia. A los 14 años, le recetaron antidepresivos, pero el aislamiento profundizó su crisis de identidad. Finalmente, en 1980, a los 14 años, los Reimer revelaron la verdad; Brenda rechazó de inmediato su vida como "niña", retomando los pronombres masculinos y el nombre de David, interrumpiendo la terapia hormonal y comenzando un tratamiento con testosterona. Se sometió a una faloplastia en 1989 y cambió legalmente su nombre, encontrando alivio al aceptar su identidad masculina y dedicándose a la industria automotriz. Posteriormente se casó con Jane Fontaine y adoptó a sus tres hijos.
Trágicamente, las secuelas psicológicas resultaron insuperables. El 4 de mayo de 2004, a los 38 años, David se suicidó ahorcándose en su casa cerca de Toronto, dejando una nota donde expresaba su frustración por la depresión crónica y la disforia de género. Su historia, revelada en el libro de John Colapinto de 2000, «As Nature Made Him», y en un artículo de la revista Rolling Stone de 2004, desacreditó las teorías de Money, exponiendo los horrores éticos del experimento y la naturaleza innata de la identidad de género. A octubre de 2025, el caso sigue siendo fundamental en los debates sobre los derechos de las personas transgénero, una clara advertencia contra las intervenciones coercitivas en menores.
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