En Homestead, Florida (EE.UU.), existe un monumento que desconcierta a arquitectos e ingenieros: el Castillo de Coral.
Movió y talló bloques de coral de hasta 30 toneladas cada uno, colocándolos con una precisión tan exacta que hoy nadie entiende cómo lo logró.

Leedskalnin aseguraba que conocía los mismos secretos que usaron los antiguos egipcios para levantar las pirámides. Trabajaba siempre de noche y nunca permitió que nadie lo viera en acción.
Algunos creen que utilizaba técnicas de levitación magnética; otros, que descubrió principios de física que aún desconocemos.
Hasta hoy, el Castillo de Coral sigue siendo un monumento inexplicable, considerado por muchos como la “Stonehenge moderna” de América.
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