Las Harimaguadas eran sacerdotisas y mujeres de gran importancia en la sociedad aborigen de Gran Canaria (Canarias), figuras religiosas y sociales que vivían en recogimiento, vestidas con largas pieles blancas y consagradas al culto del ser supremo, Corán, realizando rituales para la lluvia y la sanación, comparadas a menudo con las Vestales romanas por su virginidad, reclusión y santidad. Se las conocía también como Maguadas, y sus hogares eran santuarios (tamogantes) donde la gente buscaba refugio y ayuda, destacando su papel en ceremonias y como maestras de otras jóvenes (maguadas).
Características y Función:
Rol Religioso: Rendían culto al dios principal, participaban en rituales para invocar la lluvia y realizaban ceremonias en lugares sagrados como los Almogarenes.
Social: Formaban una institución respetada, viviendo de la caridad y ofreciendo refugio, lo que les otorgaba privilegios especiales.
Vestimenta: Usaban pieles blancas largas que cubrían todo su cuerpo, a menudo rociadas con leche de cabra.
Reclusión y Purificación: Se recluían voluntariamente en sus hogares (tamogantes) para aprender y purificarse, protegiéndose de la sangre menstrual, un tabú cultural.
Rituales: En épocas de sequía, acompañaban al sacerdote (faycán) en danzas y cantos de lamento en las cumbres, rompiendo vasijas de leche o manteca, y castigando el mar.
Legado:
La tradición de las Harimaguadas ha perdurado en la cultura canaria, inspirando libros y colectivos que rescatan su sabiduría sanadora, sus oraciones y sus rituales de curación, conectando con las curanderas del norte de África.
En resumen, eran figuras vitales que encarnaban lo sagrado y lo femenino en la Gran Canaria prehispánica, y su memoria sigue viva como raíz de la espiritualidad y curación en C
anarias.

No hay comentarios:
Publicar un comentario