CIVIL WAR: EL RENACER DEL FASCISMO
Imagino que hacerse viejo implica volverse poco comprensivo con los jóvenes, pero lo cierto es que no puedo entender ni justificar que las nuevas generaciones apoyen a la ultraderecha. En los 70, los jóvenes eran inconformistas y solidarios. Soñaban con un mundo más justo y hacían lo posible para realizar ese anhelo. Ahora, en cambio, muchos jóvenes son materialistas, conformistas, insolidarios y reaccionarios. Ya no ocultan su odio a los inmigrantes, los pobres, las feministas, los intelectuales o las personas LGTBI. Incluso consideran que la compasión y la empatía son gestos de debilidad.
Nunca imaginé que viviría esta regresión a la barbarie. El mundo cada vez se parece más a esas décadas donde se incubó el huevo de la serpiente. Algunos analistas temen incluso guerras civiles en países democráticos, luchas similares a las de Civil War, la sombría película de Alex Garland.
En España, el fascismo ya está en las calles, con Núcleo Nacional, un grupo surgido durante las protestas de Ferraz, y con el apoyo tácito de Vox y el PP. Me sorprende que los más jóvenes crean que la derecha va a resolver el problema de la vivienda o mejorar los salarios. Deslumbrados por la retórica de Patria, Justicia, Libertad y Dios, olvidan que las fuerzas conservadoras solo trabajan para favorecer a las elites.
El futuro se ha vuelto distópico.

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