DALE CON LA CANTALETA DE AYUSO ETA ,ETA, ETA .LOS ASALTOS DE AYUSO
Porque cada vez que abres la boca no informas,gritas. No haces política: provocas.
Has convertido tu cargo en un escenario permanente donde tú siempre eres protagonista, heroína inventada de una guerra que solo existe en tus mitines. Y cuando la realidad no te acompaña, la sustituyes por la exageración, la épica barata y el enemigo prefabricado.
Y así, una vez más, vuelves a sacar a ETA.
ETA, Isabel.
Esa ETA que este país dejó atrás hace más de una década.
Esa ETA que solo vuelve cuando tú necesitas gasolina para incendiar el ambiente.
Decir que ETA “prepara su asalto al País Vasco y Navarra” no es una alerta, es un insulto.
A la memoria, a la inteligencia y al respeto mínimo que deberías tener por quienes sí vivieron el terror real, no tu thriller electoral.
Pero claro, a ti no te importa ni el País Vasco, ni Navarra, ni la convivencia, ni la verdad.
Te importa mantener el foco, porque sin foco eres solo gestión. Y ahí es donde no puedes competir.
Hablas de corrupción como quien se lava las manos en público mientras esconde la suciedad detrás del telón.
Hablas de “la peor trama”, mientras desvias la atención de las sombras que rodean tus propios círculos personales y políticos.
Porque esto también hay que decirlo, cada vez que a tu alrededor aparece una noticia incómoda, tú subes el volumen del altavoz.
No es casualidad.
No lo fue antes, no lo es ahora.
Y sí, Isabelita cuando una quiere que nadie hable de la mierda que tiene en casa incluyendo la que afecta directamente a quien duerme a su lado hace ruido.
Mucho ruido.Funciona así.
Cuanto más dudosas son las compañías, más alto gritas ETA, Bildu y España.
Cuanto más incómodas son las preguntas, más épica nacional inventas.
Cuanto más se mira a tu alrededor, más intentas señalar a otro sitio.
Eso no es pasión.
Eso es miedo a que te miren de cerca.
Mientras tanto, Madrid se hunde por donde tú no pasas la sanidad desbordada, la vivienda imposible, las listas de espera disparadas, los profesionales agotados, los jóvenes largándose porque no pueden vivir en su propia ciudad, las residencias con agujeros que nunca explicas.
Pero de eso no hablas.
Porque eso sí te toca. Eso sí es tu responsabilidad.
Y ahí no hay titulares épicos que te salven.
Por eso vuelves siempre al ruido.
Porque si alguien deja de mirarte a ti, puede que mire lo que haces.
O peor: lo que no haces.
Y eso, Isabel, es lo único que de verdad te aterra.
No es pasión lo tuyo.
Es adicción al altavoz.
Una adicción tan evidente que ya solo convence a quienes necesitan creer tus exageraciones para sostener lo que no se sostiene.
Pero el resto ya te ha calado. Y el truco Isabelita ..ese ya está agotado .!Que cansina eres !


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