Protagonista del día: El héroe de Trafalgar
Cosme Damián de Churruca y Elorza (1761-1805) nació en Motrico, Guipúzcoa. Fue miembro de una familia con tradición marítima. De niño, los recuerdos del almirante Antonio de Gaztañeta, pariente suyo, inspirarían su vocación naval. Estudió primero en el Seminario Conciliar de Burgos, con intención de ordenarse sacerdote, pero cambió de rumbo al contacto con oficiales de Marina. Continuó en la Escuela de Vergara, centro que fue clave en su formación científica y técnica.
Con quince años ingresó en la Academia de Cádiz como guardiamarina, y en 1778 fue a la de Ferrol, becado, donde destacó en astronomía, geografía y matemáticas. Al año de embarcarse en el navío San Vicente empezó su carrera. Durante el asedio de Gibraltar de 1781 se distinguió por apagar incendios en baterías flotantes, socorrer tripulaciones bajo fuego enemigo y enfrentarse a la metralla. Su arrojo le ganó ascensos y reconocimientos.
Entre 1792 y 1795 participó en una expedición geográfica a América del Sur con dos bergantines desde Cádiz, cartografiando Antillas y rutas del Caribe, defendiendo rutas comerciales y haciendo observaciones astronómicas. Su salud frágil fue puesta a prueba por enfermedades tropicales y las duras condiciones marineras.
En 1803 tomó el mando del navío Príncipe de Asturias, y luego solicitó poder comandar el San Juan Nepomuceno. Fue ascendido a capitán de navío.
En la batalla naval de Trafalgar el 21 de octubre de 1805, se le encomendó la vanguardia de la escuadra hispano-francesa. A bordo del San Juan Nepomuceno, al enfrentarse con seis navíos ingleses, dio muestras de valor extraordinario, efectuando maniobras audaces. Fue herido fatalmente cuando una bala de cañón le arrancó la pierna; murió defendiendo la bandera, que nunca fue arriada. Tras su heroica morir en Trafalgar, fue ascendido póstumamente a almirante.
Su ejemplo fue convertido en leyenda nacional. Su navío fue remolcado a Gibraltar y su cámara de mando, preservada. Su memoria es preservada con estatuas, homenajes y monumentos. Cosme Damián Churruca sigue siendo paradigma de coraje, pericia naval, sentido del deber y sacrificio supremo.


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