RECONOCER — LA PALABRA QUE TE ABRE EL CAMINO
Hay palabras que uno lee.
Y hay palabras que lo leen a uno.
“Reconocer” pertenece a las segundas.
No es un concepto: es una puerta.
Un retorno.
Un punto de quiebre.
Se escribe igual al derecho y al revés porque es un rito antiguo,
un recordatorio silencioso de que aquello que buscás afuera
solo puede revelarse cuando lo reconocés adentro.
Reconocer no es aceptar.
Es despertar.
Es mirar tu vida como quien mira las ruinas de una ciudad
y aún así ser capaz de ver la catedral que puede levantarse ahí.
Es escuchar la voz que fuiste,
la voz que sos,
y la voz que podrías ser…
todas diciendo al unísono: “Volvé a vos.”
Reconocer es un acto sagrado.
Es recuperar tu nombre,
tu fuerza,
tu verdad.
Es atreverte a mirar ese instante en el que dejaste de ser vos
para volver, más lúcido, más consciente, más poderoso.
Porque la reinvención —la verdadera—
no empieza cuando cambiás tu vida.
Empieza cuando te reconocés como el creador de ella.
Ahí, exacto ahí,
comienza tu destino.
Jorge Inda

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