El espionaje en los reinos de la Península Ibérica a comienzos del siglo xv
Averiguar los recorridos y la duración de las misiones encomendadas a algunos agentes es complicado, sobre todo porque los escasos documentos que mencionan o dejan intuir la existencia del espionaje son todavía más parcos a la hora de informar sobre estos dos conceptos. Por lo general, no se alude a los trayectos ni al tiempo empleado en la misión, tampoco es frecuente contar con el lugar de salida, lo que facilitaría conocer el tiempo de camino y las posibles direcciones, aun a costa de posibles equivocaciones. De ahí que sea difícil hablar de recorridos cortos y largos. ¿Serían cortos los que entre ida, estancia en uno o varios lugares y vuelta fueran inferiores a una semana, por ejemplo? ¿Se pueden considerar del mismo tipo aquellos en los que aun empleando el mismo tiempo se utiliza algún tipo de transporte? En otros casos la mayor o menor duración de una misión estaría influida por la consideración que se le daba, pues no era igual aquella que iba encubierta tras una embajada que una entrada en tierra del enemigo, a veces aprovechando la noche, la oscuridad, y los caminos, veredas o atajos menos transitados, en ocasiones con el único objetivo de observar sin ser descubierto, etc.
En cualquier caso, la mayoría de los documentos no refieren ni el lugar de partida, ni el de destino y mucho menos el itinerario seguido. Entre las referencias más explícitas, a pesar de sus carencias, se encuentra la misión que el infante don Fernando encomendó a don Pedro Ponce de León, en la campaña de 1410 y que relata Lorenzo de Padilla en la Crónica de los Ponce de León, donde señala que:
… para dar vista a este real de los moros que estava en la Boca del Asna y viese la disposición de la tierra el infante don Fernando no confió de otra persona sino de don Pero Ponce y le mandó que le fuese a dar vista con ochocientas lanzas y tres mil peones lo cual hizo con no poco trabajo por que la tierra era fragosa y montuosa y los moros davan siempre sobre la gente de don Pero Ponce y el porfió de llegar hasta cerca del real y vista su disposición se retiró no con poco trabajo por que los moros trataban muchas escaramuzas con sus gentes por les hacer desmandar y salir de horden…196.
Aunque no es propiamente una misión de espionaje, sino en algún momento una maniobra de diversión para hacer verosímil el papel que estaba desempeñando, el recorrido del espía regio Alfonso Méndez fue el siguiente: salió de Zaragoza en Pascua de Resurrección de 1414, en dirección a Murcia, desde donde partió hacia Urueña para advertir a Pedro Alfonso de Escalante de lo que se tramaba contra él, llegó a Lérida, donde se encontraba la condesa viuda de Urgel, se entrevistó con el rey don Fernando en Montblanc, tras lo cual volvió a Lérida para hablar con doña Margarita y finalizó su recorrido ante el rey de Aragón en Montblanc197. Todo este recorrido le debió de ocupar aproximadamente entre siete y ocho meses, pues la Pascua de Resurrección de 1414 iría desde la última semana de marzo hasta la tercera de abril y la última noticia de que el rey estaba en Montblanc es del 7 de diciembre198.
Distinto carácter tuvo la misión de otro espía del rey de Aragón, Diego Ruiz de Mendoza, cuyo recorrido está bastante completo, aunque el lugar de partida, posiblemente Lérida, no queda claro, como tampoco el camino que tomó hacia la región de Lombardía. En Lombardía, en un pueblo llamado Puente Scura, se encontró con el emperador y con el marqués de Monteferrato, desde donde regresó a Morella, donde llegó el 4 de agosto, lo que da idea de que al menos este viaje se haría en parte por mar. De Morella, donde halló a la infanta y a la condesa, partió hacia Barcelona, llegó hasta Besalú y aquí abandonó el cometido de llegar ante la duquesa de Berry, dando la vuelta hasta Montblanc, en fecha indeterminada, para dar cuenta al rey don Fernando de lo que había averiguado y entregarle la documentación recogida199. El recorrido marítimo de los nobles portugueses que espiaron la ciudad de Ceuta también se conoce a grandes rasgos: Lisboa, Ceuta, Sicilia, Ceuta y Lisboa, donde llegaron un domingo. Sin embargo, se ignora si recalaron en algún lugar más y la duración del viaje; del que solo se conoce que en el trayecto de vuelta y desde Ceuta a Lisboa tuvieron buen viento200.
Otro itinerario, también muy fragmentario, es el que debió de seguir Ruy Díaz de Vega. El 9 de abril de 1415 estaba en Valencia de Alcántara, desde donde se dirigió a Santarêm y desde allí hasta el cabo de Sacavem, en las proximidades de Lisboa, donde llegó el 16 del mismo mes por la mañana y se presentó ante el rey. Don João I lo recibió en audiencia en la ciudad de Lisboa el 17 por la tarde. En Lisboa y su entorno debió de permanecer entre esa última fecha y el 28 de julio, en que se dirige al rey don Fernando por última vez y da por culminada su misión. Es decir, prácticamente tres meses y medio estuvo investigando los preparativos de la armada portuguesa, aunque llama la atención que entre el 16 y el 23 de abril -fecha en que redacta la carta más extensa y detallada al rey de Aragón- recopilara tal cantidad de información, no solo tocante a su objetivo sino a cuestiones relativas a Castilla o a la Corona de Aragón. Ruy Díaz de Vega como emisario oficial iba acompañado de algún escudero, como menciona en una de sus cartas con ocasión de una enfermedad que le sobrevino en Portugal. Su actuación deja muchas preguntas en el aire pero, sin duda, una es si no existió más correspondencia que la que nos ha llegado y, si existió, si se ha perdido o está sin localizar.
Por otra parte, tampoco se saben los recorridos y el tiempo que los adalides fronterizos emplearon en sus entradas, condicionados entre otros factores por el avistamiento y presencia de tropas, el relieve, las provisiones disponibles y el tiempo atmosférico. En la mayoría, aunque no en la totalidad, de los casos debieron de ser cortos. Lo mismo ocurre en los casos de los espías que tanto el rey de Aragón como el obispo de Zamora, Diego Gómez de Fuensalida, enviaron a distintas poblaciones del sur de Francia en 1413.
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El espionaje en los reinos de la Península Ibérica a comienzos del siglo xv
The espionage in the kingdoms of the Iberian Peninsula at the beginning of the fifteenth century
Santiago González Sánchez
IES Santo Domingo de El Puerto de Santa María (Cádiz)
En la España Medieval 2015, vol. 38 135-194
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(Map of City of Lisbon, from Civitates Orbis Terrarum by Georg Braun and Franz Hogenberg, engraving)

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