Tal día como hoy, 4 de diciembre de 1946, fallecía la Infanta Maria de la Paz.
María de la Paz Juana Amelia Adalberta Francisca de Paula Juana Bautista Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón nació el 23 de junio de 1862 en el Palacio Real de Madrid. Hija de la Reina Isabel II y del Rey consorte Francisco de Asís, fue la octava hija del matrimonio, aunque solo la tercera en sobrevivir a la infancia. Bautizada por el arzobispo de Toledo, con su tía Amalia de Baviera como madrina, creció en un ambiente cortesano distante, junto a sus hermanas Pilar y Eulalia, con escaso contacto parental.
A los seis años, el exilio marcó su infancia: la Revolución Gloriosa de 1868 destronó a su madre, obligando a la familia a huir a San Sebastián y cruzar a Francia. Instaladas en París, Paz y sus hermanas recibieron educación en el colegio católico Sacré-Coeur, recibiendo su primera comunión del papa Pío IX en Roma. En 1874, con la restauración de su hermano Alfonso XII, regresaron a España, viviendo en El Escorial, el Alcázar de Sevilla y el Palacio Real de Madrid bajo la tutela de su hermana mayor Isabel. La muerte repentina de Pilar en 1879, a los 18 años, devastó a Paz, quien era especialmente cercana a ella. Física y temperamentalmente similar a su madre —baja, de rasgos simples, nariz respingada y ojos vivaces—, Paz se distinguía por su personalidad afable, sin complicaciones, romántica y artística. Apasionada por la historia española, la música (tocaba el arpa, admiraba a Tosti, Verdi y Gounod), la pintura —expuso acuarelas— y la literatura, escribió poemas, artículos en ABC y mantuvo un diario desde los 13 años.
En 1880, se concertó su matrimonio con su primo Luis Fernando de Baviera, hijo de la infanta Amalia. Inicialmente reticente —lo encontró poco atractivo—, aceptó su propuesta en 1883 durante un paseo en la Casa de Campo. La boda, el 2 de abril en la capilla del Palacio Real, le otorgó una pensión de 150.000 pesetas y la tiara solar bávara.
Tras visitar a su padre en Épinay, se instalaron en el Palacio de Nymphenburg en Múnich. Allí, Paz conoció al Rey Luis II, quien la acogió cálidamente antes de su trágica muerte en 1886. Su esposo, violinista aficionado, militar y médico, evitaba intrigas palaciegas; rodeados de artistas españoles como Bretón, Sarasate, Rosales y Carbonero, llevaron una vida familiar tranquila.
El matrimonio fue feliz y fructífero: tres hijos. Fernando (1884-1958), infante de España, se casó con su prima María Teresa y vivió en España; Adalbert (1886-1970), historiador y diplomático, casado con Augusta de Seefried; y Pilar (1891-1987), pintora soltera que escribió sobre Alfonso XIII. Paz se volcó en la caridad: amplió el asilo Marien-Ludwig-Ferdinand para niños pobres, fundó en 1913 una escuela bilingüe en Nymphenburg para 38 niños españoles necesitados —disuelta en 1918 tras la Revolución Alemana— y organizó exposiciones en el Glaspalast hasta 1931.
Visitada por Strauss, Lenbach y Heyse, mantuvo lazos con España: viajes frecuentes, asistencia a la boda de Alfonso XIII en 1906 (regaló una corona de Isabel II) y giras como la de 1914 por Salamanca y Covadonga.
Fiel a su nombre, militó en la Liga Mundial por la Paz, participando en congresos de 1921 a 1926. Tras la Primera Guerra Mundial, perdió privilegios monárquicos pero conservó rentas españolas hasta 1931. Propietaria de fincas en Cuenca y Tarancón, disfrutaba veranos en Santillana del Mar. El nazismo restringió su vida —censura epistolar, servicio militar de su hijo—; en 1945, soldados estadounidenses saquearon parte de sus joyas. Autora prolífica, publicó memorias (Cuatro revoluciones, 1935; Through Four Revolutions en inglés), De mi vida, Buscando las huellas de Don Quijote, poesía y biografías, además de traducir obras de Adalbert. Recibió la Gran Cruz de Alfonso XII en 1914. Falleció el 4 de diciembre de 1946 tras una caída en Nymphenburg, a los 84 años, y fue enterrada en la iglesia de San Miguel en Múnich
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