LA INCREÍBLE HISTORIA DE
Jean-Baptiste Bernadotte
Jean-Baptiste Bernadotte se unió al ejército francés como simple soldado (soldado raso) a los 17 años en 1780.
No provenía de una escuela militar.
Ascendió rápidamente en las filas durante las Guerras Revolucionarias Francesas, alcanzando el grado de general de división en 1794, antes de unirse al personal de Napoleón.
El militar de Napoleón que se convirtió en rey a pesar de sus ideas republicanas fue Jean-Baptiste Bernadotte.
Inició su carrera militar durante la Revolución Francesa y fue un firme republicano, incluso se descubrió que llevaba tatuada en el torso la frase "Muerte a los reyes".
Sin embargo, el destino quiso que fuera adoptado por el rey Carlos XIII de Suecia, quien no tenía herederos, y finalmente ascendió al trono de Suecia y Noruega como Carlos XIV Juan en 1818.
Nació en Pau (suroeste de Francia), hijo de Henri Bernadotte (1711-1780), procurador en Pau, y de Jeanne St. Jean (1725-1809). Bautizado con el nombre de Jean Baptiste, al cual él mismo añadiría posteriormente el de Jules en honor de Julio César, en un típico gesto propio de la Revolución francesa.
Bernadotte entró en el ejército francés el 3 de septiembre de 1780 el mismo año de la muerte de su padre, sirviendo en primer lugar en Córcega.
Al estallar la Revolución francesa, sus evidentes cualidades militares le facilitaron un rápido ascenso.
En 1794 ya era brigadier (Brigada), asignado al ejército de Sambre y Meuse, y tras la victoria de Jourdan en Fleurus (26 de junio de 1794), ascendió a general de división.
En la batalla de Theiningen (1796), Bernadotte contribuyó más que nadie a la exitosa retirada de las fuerzas francesas hacia el Rin tras la derrota frente al Archiduque Carlos de Austria.
En 1797 llevó refuerzos desde el Rin al ejército de Napoleón apostado en Italia, distinguiéndose durante el paso de Tagliamente, y en 1798 sirvió como embajador en Viena, aunque hubo de abandonar el cargo debido a los disturbios causados por haber izado la bandera tricolor en la embajada.
Jean-Baptiste Bernadotte, quien ascendió al trono como Carlos XIV Juan de Suecia, tuvo una vida extraordinaria que desafió sus convicciones republicanas iniciales.
Su ascenso a la monarquía es una historia de pragmatismo político, suerte y la extinción de una línea real.
El Republicano con un Tatuaje Anti-Monárquico
Nacido en Pau, Francia, en 1763, Bernadotte abrazó con entusiasmo los ideales de la Revolución Francesa.
Durante su juventud, se hizo un tatuaje que, según se informa, decía "Muerte a los reyes" (o "Libertad, Igualdad, Fraternidad, Muerte a los reyes").
Este detalle se mantuvo oculto durante su reinado y solo se descubrió tras su muerte, añadiendo un giro irónico a su historia como fundador de una dinastía real.
De Mariscal de Napoleón a Príncipe Heredero
Bernadotte fue un hábil general que ascendió rápidamente en las filas del ejército revolucionario y se convirtió en uno de los primeros mariscales de Napoleón.
Sin embargo, su relación con Napoleón siempre fue tensa, marcada por la desconfianza mutua y la tendencia de Bernadotte a cuestionar órdenes.
En 1810, un giro inesperado de los acontecimientos cambió su destino:
El rey Carlos XIII de Suecia no tenía herederos legítimos y la línea real sueca se estaba extinguiendo.
Un cortesano sueco, el barón Carl Otto Mörner, que había quedado impresionado por el trato humano de Bernadotte hacia los prisioneros de guerra suecos en la batalla de Lübeck, propuso su nombre como posible sucesor.
La *Dieta sueca, (*Es la asamblea legislativa, conocida como la Dieta o Riksdag) buscando un líder militar fuerte y con el beneplácito (o al menos la no oposición) de Napoleón, eligió a Bernadotte como príncipe heredero en agosto de 1810.
Bernadotte aceptó la oferta, se convirtió al luteranismo (un requisito para el trono) y fue adoptado por el rey Carlos XIII, tomando el nombre de Carlos Juan.
El Rey y Fundador de una Dinastía
Desde su llegada a Suecia, Bernadotte se convirtió en el jefe de Estado de facto debido a la mala salud del anciano rey.
Demostró ser un político astuto, priorizando los intereses suecos incluso si eso significaba oponerse a Napoleón.
En 1813, Suecia se unió a la Sexta Coalición contra Francia, y Bernadotte comandó un ejército aliado que derrotó a las fuerzas napoleónicas en varias batallas clave.
Cuando Carlos XIII murió en 1818, Bernadotte ascendió al trono como Carlos XIV Juan, rey de Suecia y Noruega (entonces unidas bajo una sola corona).
Su reinado, que duró hasta 1844, se caracterizó por mantener la paz, creo reformas liberales que generaron estabilidad económica y prosperidad y la consolidación de la unión sueco-noruega.
Legado Duradero
A pesar de sus orígenes revolucionarios y su tatuaje, Carlos XIV Juan fundó la Casa de Bernadotte, que sigue siendo la dinastía reinante en Suecia hasta el día de hoy, con el actual rey Carlos XVI Gustavo como su descendiente directo.
Su historia es un ejemplo notable de cómo un hombre de orígenes comunes y convicciones republicanas terminó estableciendo una de las monarquías más estables y duraderas de Europa.
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