BRONQUITIS:
La bronquitis es una inflamación de los bronquios, los conductos que llevan el aire hacia los pulmones.
Cuando se inflaman, se estrechan y producen más mucosidad, lo que dificulta la respiración y causa tos persistente.
Puede ser aguda (temporal) o crónica (de larga duración).
Infecciones virales
: Es la causa más frecuente, especialmente por virus respiratorios como el de la gripe o el resfriado.
Bacterias: En menor medida, algunas infecciones bacterianas pueden provocar bronquitis.
Irritantes pulmonares
: Fumar o inhalar humo, polvo, vapores químicos o contaminación ambiental daña los bronquios.
Alergias: Las personas con rinitis alérgica o asma pueden desarrollar bronquitis más fácilmente.
Fumar o estar expuesto al humo del cigarrillo.
Vivir o trabajar en ambientes con polvo o químicos.
Tener enfermedades pulmonares previas (como EPOC o asma).
Sistema inmunológico debilitado (niños pequeños, adultos mayores o personas con enfermedades crónicas).
Cambios bruscos de temperatura o exposición prolongada al frío.
Tos persistente con flema (puede ser blanca, amarilla o verdosa). Ejemplo: una tos que no cede ni con jarabe y empeora de noche.
Sensación de pecho apretado o ardor al respirar o hablar mucho.
Fatiga o falta de aire al subir escaleras o hacer esfuerzos leves.
Sibilancias (silbidos al respirar).
Fiebre baja y malestar general, especialmente en la bronquitis aguda.
En la bronquitis crónica, los síntomas duran más de 3 meses y se repiten por al menos 2 años seguidos.
Reposo y buena hidratación
ayudan a eliminar la mucosidad.
Medicamentos:
Antiinflamatorios o broncodilatadores (bajo prescripción médica).
Antibióticos solo si el médico confirma infección bacteriana.
Inhaladores o nebulizaciones para aliviar la obstrucción bronquial.
En casos crónicos, se recomiendan programas de rehabilitación pulmonar y control del tabaquismo.
Consulta cuanto antes si:
La tos dura más de 2 semanas o empeora.
Tienes fiebre alta o dificultad para respirar.
Observas sangre en el esputo.
Eres fumador o tienes enfermedades respiratorias previas.
Sentís dolor fuerte en el pecho al toser o respirar.
Escuchar a tus pulmones a tiempo puede evitar complicaciones mayores.

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