Mitani: el reino olvidado de los hurritas
En las llanuras del norte de Mesopotamia, entre los siglos XV y XIV a. C., floreció un poderoso reino que hoy pocos recuerdan: Mitani. Fundado por los hurritas, un pueblo de origen aún enigmático, este reino se extendió sobre territorios que hoy corresponden a Siria, Irak y Turquía, controlando rutas comerciales vitales entre Oriente y Occidente.
Mitani no solo destacó por su extensión, sino también por su diplomacia y su fuerza militar. Sus reyes establecieron alianzas con Egipto y Babilonia, llegando incluso a sellar matrimonios con la dinastía faraónica. Durante el reinado de Saushtatar y Tushratta, Mitani alcanzó su máximo esplendor, dominando a pueblos vecinos y convirtiéndose en un actor clave en el frágil equilibrio de poder del antiguo Cercano Oriente.
La caballería fue uno de los secretos de su fuerza. Los hurritas perfeccionaron el uso del carro de guerra ligero, lo que les otorgó gran movilidad en el campo de batalla. Tanto influyeron en este arte que sus tratados sobre el cuidado y entrenamiento de caballos llegaron a transmitirse hasta los hititas.
Sin embargo, como tantos reinos antiguos, Mitani cayó víctima de presiones externas. El ascenso del Imperio hitita y la expansión asiria terminaron por reducirlo a vasallo y finalmente borrarlo del mapa.
Hoy, apenas ruinas y tablillas cuneiformes nos hablan de Mitani, el reino que un día fue puente entre civilizaciones y ejemplo de poder efímero en la historia.


