El 1 de diciembre de 1633 murió Isabel Clara Eugenia de Austria, infanta de España

 El 1 de diciembre de 1633 murió Isabel Clara Eugenia de Austria, infanta de España, hija del rey Felipe II y de su tercera esposa, Isabel de Valois —hija del rey Enrique II de Francia y de Catalina de Médici—. Fue soberana de los Países Bajos Habsburgo y del Condado Libre de Borgoña entre 1598 y 1621, gobernando conjuntamente con su esposo, el archiduque Alberto VII de Austria. Tras la muerte de Alberto, dichas regiones fueron devueltas a los Habsburgo españoles, y ella continuó gobernando como institutriz de los Países Bajos españoles hasta su muerte.

Fue una de las mujeres más poderosas de la Europa de los siglos XVI y XVII. Su gobierno se considera la Edad de Oro de los Países Bajos españoles, que vio un resurgimiento de su economía y arte tras la firma de la paz con la República Holandesa secesionista.

Nacida en 1566 en el Palacio del Bosque de Valsaín, en Segovia, era la hija mayor del tercer matrimonio del rey Felipe II de España y de su esposa Isabel de Valois, y también la más querida por el monarca siendo la única a la que le estaba permitido ayudarle en su trabajo, revisando documentos y traduciendo para su padre documentos del italiano al español.

En agosto de 1589 falleció asesinado el rey Enrique III de Francia. Entonces Felipe II realizó toda una serie de gestiones políticas, reclamando la corona de Francia para su hija Isabel Clara Eugenia. Los derechos de Isabel Clara Eugenia al trono de Francia, reclamado también por el hugonote Enrique IV, provenían de ser nieta por parte de madre de Enrique II de Francia y sobrina de Enrique III de Francia, hermano de su madre Isabel de Valois y que no tenía descendientes directos.

Sin embargo, Francia estaba regida por la Ley Sálica, e Isabel de Valois había renunciado a sus derechos al trono con motivo de su matrimonio con Felipe II, por lo que la nobleza francesa decidió que sólo sería reina si encontraba un marido adecuado. Felipe II primero sugirió al archiduque Ernesto de Austria, también de la Casa de Habsburgo, opción que rechazaron rápidamente por abusiva. Su segunda opción era ceder y elegir un noble francés, en este caso el Duque de Guisa, que la nobleza acogió con entusiasmo; sin embargo, la envidia del Duque de Mayenne, cuyo hijo era otro marido potencial, le hizo vetar el matrimonio. Ahí terminarían las posibilidades de Isabel de sentarse en el trono de Francia.

En 1598 Felipe II otorgó como dote a Isabel Clara Eugenia los Países Bajos españoles, el Franco Condado de Borgoña y el Charolais como dote a su próximo matrimonio con su primo hermano el archiduque Alberto de Austria, nieto de Carlos V, quedando ambos como soberanos de dichos territorios. Felipe II trató así de resolver el problema generado por la insurrección de los Países Bajos, que dio lugar a la guerra de los Ochenta Años, mediante el establecimiento de una rama autóctona de los Habsburgo.

En 1621 falleció Alberto de Austria y, al no haber hijos sobrevivientes del matrimonio, los Países Bajos volvieron a la Corona española. Isabel Clara Eugenia mantuvo el cargo de gobernadora y residió allí durante el resto de su vida, alternando éxitos, como el de la toma de Breda en 1625, con fracasos y reveses, como la pérdida de Bolduque en 1629 y Mastrique el 22 de agosto de 1632.

Felipe IV de España, sobrino de Isabel Clara Eugenia, la apoyó en la gobernación de los Países Bajos hasta que ella falleció en 1633.

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