martes, 25 de noviembre de 2025

Tal día como hoy pero 1491, en Santa Fe,




 Tal día como hoy pero 1491, en Santa Fe, campamento cristiano en plena vega granadina, se firman las Capitulaciones de Granada entre los Reyes Católicos: Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón y el emir de Granada, Boabdil.

De esa forma se oficializó la rendición de la ciudad nazarí, que verá entrar por sus puertas a las tropas cristianas el 2 de enero de 1492, renunciando Boabdil a la soberanía nazarí del Reino de Granada a favor de los monarcas cristianos, quienes garantizaron una serie de derechos a los musulmanes, incluida la tolerancia religiosa y su justo tratamiento en compensación por una rendición incondicional y capitulación.
Durante el transcurso de la guerra, Fernando el Católico decidió atacar Málaga, por lo que el Zagal, tío de Boabdil y rey de Granada, corrió a defenderla, momento que Boabdil, que había llegado a un acuerdo con los Reyes Católicos cuando cayó prisionero de estos, aprovechó para ganarse Granada en su totalidad, derrocar a su tío y proclamarse emir por segunda vez en abril de 1487, informando a la misma Isabel la Católica ese mismo día. A primeros de mayo de ese año, firmó el tercer y último acuerdo con los Reyes Católicos, por el que renunciaba a la ciudad de Granada a cambio de un principado en la zona oriental cuando los castellanos tuvieran en su poder el resto del reino nazarí. Este es el motivo por el cual Boabdil recomendó durante la Toma de Málaga a los ciudadanos musulmanes que se rindieran y desbarató unas tropas de auxilio de su tío desde Guadix.
Finalmente, en diciembre de 1489, Baza cayó tras un asedio de cinco meses y el Zagal se rendiría y entregaría sus dominios restantes. A pesar de que Boabdil gozaba de dos años más de tregua, los Reyes Católicos rompieron el pacto de entregarle los territorios orientales prometidos y se lanzaron a la conquista de la ciudad de Granada. Boabdil se defendió e incluso alcanzó algunas victorias, pero el 25 de noviembre de 1491 tuvo que firmar la Capitulación de Granada, que concedía a los andalusíes el derecho a permanecer en Granada con sus posesiones, religión y cultura y entregaba a Boabdil unos terrenos en la Alpujarra.
Bajo estas condiciones quedaron los reyes Isabel y Fernando dueños de la ciudad de Granada, por cuyas puertas salió para no volver jamás el sultán Boabdil el mismo día que entró triunfante el ejército cristiano.
Las capitulaciones solo fueron cumplidas por la Corona hasta 1499. Ese año los reyes le encargaron al cardenal Cisneros una política más firme para la cristianización de la ciudad. El cardenal impuso unas medidas represivas que causaron una rebelión en el barrio del Albaicín, y en 1500 quemó en una hoguera todos los libros en árabe que encontró en la ciudad, salvo los de medicina. Después la Corona decretó, a instancias del mismo cardenal, la conversión forzosa de los musulmanes de Granada al cristianismo, sin opción siquiera a partir al exilio como se le había ofrecido a los judíos en 1492. Las mezquitas fueron convertidas en iglesias y se prohibieron las festividades islámicas. En 1516, Cisneros, ya regente de toda Castilla, publicó una nueva pragmática que obligaba a los descendientes de musulmanes a abandonar su traje, usos y costumbres; pero su aplicación quedó en suspenso unos años.
Tras un periodo de relativa tolerancia bajo Carlos V, su hijo Felipe II de España endureció de nuevo la represión de las costumbres de origen islámico, incluyendo la lengua árabe y la música tradicional. Esto dio lugar a la rebelión de los moriscos, en la que se levantaron en armas contra la Corona en 1568 aduciendo el incumplimiento repetido del tratado. La rebelión fue derrotada tras tres años de dura lucha, tras la cual toda la población morisca del reino de Granada fue desterrada a otros puntos de la corona de Castilla. Finalmente, el rey Felipe III decretaría la expulsión de los moriscos en 1609.
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