sábado, 1 de noviembre de 2025

Los Finaos, la tradición canaria para honrar a los muertos que lucha contra el auge de Halloween

 


Los Finaos, la tradición canaria para honrar a los muertos que lucha contra el auge de Halloween

Esta celebración, arraigada en el archipiélago desde hace siglos, recuerda a los familiares fallecidos con alegría e historias mientras comían y bebían castañas, higos porretos, vinos o licores

Es conocido por todos que en estas fechas, Halloween invade cada esquina de las tiendas, los colegios o supermercados. Esta fiesta de disfraces y con sabor a golosinas, de origen anglosajón, ha irrumpido como un tsunami en nuestra cultura a través de películas o tendencias. Sin embargo, hace algún tiempo, Canarias realizaba su propia celebración en torno al Día de Todos los Santos, la llamada Noche de los Finaos

El origen de esta tradición puede situarse en algunos actos religiosos del siglo XV, cuando se celebraban las llamadas misas de ánimas, que fueron evolucionando hacia otros rituales más paganos, según explica el Gobierno de Canarias en una de sus páginas webs. 

La palabra "finao" viene a significar "fin", es decir, de aquel "que ha finalizado sus días". En España se encuentra en desuso pero en zonas como Galicia o países como Brasil o Portugal se sigue utilizando. 

Desde la existencia de la humanidad, siempre se ha respetado a las personas fallecidas, de ahí que a lo largo de la historia hayan surgido ritos, templos o monumentos para honrar a quienes no están

Según explica Carmen Morales, Doctora en Sociología y Ciencias Políticas, "en el 300 antes de Cristo, en los textos de los druidas (sacerdotes celtas) se refleja que cuando se acercaba el solsticio pensaban que la noche del 31 el tiempo entre el mundo de los vivos y los muertos se acortaba, y lo celebraban en los cementerios con comidas y encendían velas para guiar a los muertos en el camino". Esta fiesta se llamaba Samhain y se asocia con el origen de Halloween. En paralelo, la cristianización creó también sus propias fiestas en relación a la evangelización predominante en ese entonces.

 

Una tradición que se celebraba durante dos días

Antiguamente, tanto el 31 de octubre como el 1 de noviembre eran días festivos. "Lo que se hacía la noche del 31 era una reunión familiar y la vigilia, estando toda la noche en vela y encendían velas", cuenta Morales.

En concreto, "encendían una noche por finao, es decir, por familiar fallecido y se hablaba sobre estas personas que ya no están", señala la socióloga. "La noche daba para mucho, ya que rezaban, pasaban el rosario y leían la Biblia", prosigue.

Además, esa noche, los niños salían a la calle y pasaban por las casas tocando las puertas preguntando: "¿hay santos?", a lo que la gente respondía dando las golosinas de ese entonces, como pan, castañas, pasas o higos porretos.

También se celebraba con música de los Ranchos de Ánimas, las primeras agrupaciones de música de Canarias. "La noche del 31 estaban en vela e iban cantando por todas las casas y el día 1 solo salían un rato, pero continúan cantando todos los días hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria", apunta.

Sin embargo, solo le cantan a las ánimas hasta el 13 de diciembre con unos cánticos "monótonos y aburridos", pero a partir de ese día, día de Santa Lucía, se cantaba a la Navidad, con una música más divertida y alegre. 

 

La esperanza más allá de la muerte

La tradición de los Finaos reivindica el arraigo de las festividades canarias, pero también mantiene la esperanza de más allá de la muerte, recordando a los difuntos con cariño y alegría.

En los Finaos, contrario a lo que se pueda pensar, se celebraba la vida con la familia y contaban distintas historias de los finaos, comiendo productos que hubiera durante esa época y bebiendo licores o vinos.

En muchos municipios de Lanzarote y del resto de Canarias se impulsan distintas actividades en relación a los Finaos para conservar y difundir esta tradición que forma parte de nuestras raíces y antepasados, así como organizaciones como la Orden del Cachorro Canario de Lanzarote. 

En el caso de Carmen Morales, su trabajo como docente también la lleva a hacer llegar a los más jóvenes esta tradición y otros elementos de la cultura canaria para evitar que desaparezcan.


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