domingo, 12 de octubre de 2025

La oscura historia detrás de la propina




 La oscura historia detrás de la propina

Hoy parece un simple gesto de cortesía.
Dejas unas monedas sobre la mesa y sientes que hiciste algo amable.
Pero la propina, tal como la conocemos, nació de una historia mucho más oscura.
Su origen se remonta al siglo XIX, cuando tras la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, los empresarios blancos se negaban a pagar sueldos reales a los trabajadores afroamericanos.
Los recién liberados eran contratados como meseros, botones o barberos…
pero no recibían salario.
Solo podían vivir de las propinas que les dieran los clientes blancos.
“Era una forma de mantener la servidumbre sin llamarla esclavitud.”
—Douglas Harper, historiador social
Así, los dueños seguían enriquecidos,
y los trabajadores afroamericanos seguían dependiendo de la “buena voluntad” de quien los atendía.
Con el tiempo, esta práctica se normalizó.
En 1938, cuando EE. UU. estableció el salario mínimo federal, los trabajadores con propina quedaron excluidos.
Hasta hoy, muchos meseros en ese país ganan solo $2.13 dólares por hora, esperando que los clientes cubran el resto.
Mientras tanto, en lugares como Japón o Corea del Sur, el concepto nunca prosperó.
Ahí, servir bien no se paga: se honra.
Aceptar dinero extra se considera ofensivo, porque el buen servicio debe venir del corazón, no del bolsillo.
🧠 Dato curioso
La palabra tip viene de una expresión británica del siglo XVIII:
“To Insure Promptness”, o sea, “para asegurar rapidez”.
Pero su versión moderna surgió en Estados Unidos,
transformándose en un sistema que —paradójicamente— institucionalizó la desigualdad.
Lo que empezó como un símbolo de servidumbre
terminó convirtiéndose en una costumbre mundial.
Y, a veces, los hábitos más normales son los que menos cuestionamos.
Fuentes:
• Saru Jayaraman, Forked: A New Standard for American Dining (Oxford University Press, 2016).
• The New York Times,

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