miércoles, 19 de noviembre de 2025

El 16 de noviembre de 1870 las cortes españolas eligieron mediante votación al italiano Amadeo de Saboya como rey de España.

 



El 16 de noviembre de 1870 las cortes españolas eligieron mediante votación al italiano Amadeo de Saboya como rey de España. Tras años de corruptelas, escándalos, crisis económica y sucesos de distinta índole, en 1868 se produjo en España la Revolución Gloriosa por la que la reina Isabel II de Borbón fue destronada y enviada a un exilio dorado del que nunca volvería. Se abría así una nueva etapa política para el país que se acabaría denominando como «el Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario» (1868-1874).

Los que habían sido líderes de aquella revolución habían firmado previamente el conocido como Pacto de Ostende, en el que se establecía que la forma de gobierno de la nueva España sería fruto de un sufragio universal directo. Se buscaba pues por primera vez en la historia de España establecer un régimen democrático. Sin embargo, una vez logrado el poder, el nuevo gobierno provisional se mostró en su mayoría favorable a que esa democracia se instaurara como una monarquía encabezada por una nueva dinastía que representara los nuevos tiempos. Evidentemente, esto provocó no pocas trifulcas entre los monárquicos que seguían apoyando a los Borbones, los carlistas, los republicanos y, dentro de estos, aquellos que querían una república centralista o una federal e incluso cantonalista.
Tras la formación de los diferentes bloques y opciones políticas se convocaron unas elecciones que por primera vez en España fueron por sufragio universal para los mayores de 25 años, aunque eso sí, solo para los hombres. De esas elecciones se conformaron unas Cortes Constituyentes que debían ser las que eligieran el régimen que debía imperar en el país. En dichas elecciones votó el 70% del censo y lograron una amplia mayoría los progresistas con 159 diputados, aunque tampoco fueron desdeñables las fuerzas republicanas de una u otra índole con casi 100 diputados. Estas Cortes Constituyentes redactaron y aprobaron una nueva constitución, además de tomar medidas como la adopción de la peseta como moneda única y oficial del Estado.
Como en las elecciones habían ganado las opciones monárquicas, se estableció en la mencionada constitución que España era una monarquía constitucional y democrática, tras lo cual se estableció una regencia y comenzó la búsqueda de un rey. Esta búsqueda se convirtió en un grave problema no sólo nacional, sino también internacional, siendo la excusa para que Bismarck iniciara la Guerra Franco-Prusiana que supuso el fin del segundo imperio francés liderado por Napoleón III y su caída, la proclamación de la tercera república francesa y la unificación de Alemania encabezada por Prusia proclamándose el imperio alemán.
España no quería que la elección del nuevo monarca le supusiera tener que aliarse con alguna de las potencias hegemónicas del momento y que eso la arrastrara a una guerra como la que habían tenido Francia y Prusia. Así, la opción más favorable era la de Amadeo de Saboya, duque de Aosta y tercer hijo del rey Víctor Manuel II, el primer monarca de la Italia unificada. Su candidatura fue apoyada principalmente por la figura de Juan Prim, uno de los militares y políticos liberales que habían liderado la revolución de 1868.
El 16 de noviembre de 1870 las Cortes Constituyentes votaron y salió elegida de forma mayoritaria la opción de Amadeo de Saboya como nuevo monarca con 191 votos, 100 en contra y 19 abstenciones. Sin embargo, su elección no fue muy entusiasta debido a la gran división que había entre las diferentes opciones, y el asesinato de Prim, el mayor valedor del italiano hasta entonces unos días antes de su llegada a España, auguró un difícil reinado para el nuevo monarca. Su reinado se inició el 2 de enero de 1871 y duró poco más de dos años hasta su abdicación el 11 de febrero de 1873 después de intentar hacer frente a una oposición que se aunó contra su figura, al estallido de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) o a la Guerra de los Diez Años (1868-1878) que se había desatado en Cuba. Hubo de hacer frente incluso a un atentado que a punto estuvo de costarle la vida a él y a su esposa. La situación política en España le dejó tan afectado que llegó a decir «no entiendo nada, esto es una jaula de locos». Su abdicación creó una grave crisis en España y tras fracasar el intento de la monarquía democrática se optó finalmente por la proclamación de la primera república española.

Los Conejitos de colores



 Los Conejitos de colores

Había una mamá coneja que tenía muchos conejitos. Todos eran muy blancos. Y también, como todos los niños eran muy juguetones y un poquito locos. Así que siempre estaban jugando por el campo. Pero un día todo el paisaje apareció también blanco. ¡Había nevado!. y la mamá coneja, cuando fue a buscar a sus pequeños no los podía encontrar porque como eran blancos, se confundían con la nieve. Entonces fue a buscar pinturas y pintó a sus conejitos de todos colores. ¡Ahora sí podía verlos fácilmente jugando en la nieve blanca! Todo anduvo bien hasta que un día, al mirar al campo, no pudo encontrar nuevamente a sus conejitos queridos. ¡Había llegado la primavera con todo su esplendoroso colorido! Entonces llamó a sus niños y uno a uno los lavó y los volvió a dejar de su color natural, el blanco. Ahora los podía observar tranquilamente como corrían por el florido campo. Estaba muy feliz. Hasta que un día, pasado el tiempo... ¡volvió a nevar!... y este cuento vuelve a comenzar...

LAS PRINCESAS DELICADAS

 


LAS PRINCESAS DELICADAS

(Cuento popular de exageraciones)

Francisco J. Briz Hidalgo

Había una vez tres princesas llamadas Susana, Juana y Ana que eran muy altas, guapas y sanas y siempre estaban muy alegres y con ganas de jugar y divertirse. Sus padres, los reyes, estaban muy contentos con sus tres hijas porque nunca se ponían enfermas. Pero de repente un día, sin que nadie pudiese explicar la causa, las tres princesas se hicieron muy delicadas.
La princesa Susana, la mayor de todas, estaba paseando tranquilamente por el jardín del palacio, cuando unos pétalos de rosas le rozaron ligeramente en la cabeza. La princesa cayó al suelo desmayada con un enorme chichón. Los médicos pudieron curarla de aquel golpe pero la princesa Susana quedó delicada para siempre.
Otro día la segunda princesa, Juana, se despertó con una gran herida en la espalda. Cuando buscaron la causa de la herida descubrieron que había sido producida por una pequeña arruga de las sábanas. Los médicos pudieron curar la herida, pero la princesa Juana quedó delicada para siempre.
Entonces los reyes muy asustados decidieron construir una urna de cristal para meter en ella a la princesa Ana, la más pequeña y hermosa de las tres princesas. En el salón más grande del palacio los ingenieros reales construyeron en pocos días una enorme urna con las paredes y el techo de cristal. Dentro vivía la princesa y no la dejaban salir. Los reyes llegaron a pensar que a su hija pequeña no le iba a pasar nada y que no se haría delicada.
Pero un día entró en la urna un pequeño mosquito y con el aire producido por el movimiento de sus alas se resfrió la princesa. Los médicos pudieron curar el resfriado pero la princesa Ana quedó delicada para siempre.
Todavía los reyes no se han puesto de acuerdo sobre cuál de sus hijas es la más delicada.

 




Érase una vez un niño muy mal comedor. Siempre protestaba por las comidas que le hacía su mamá en especial odiaba las verduras y el pescado. El siempre decía que estaría todo el día comiendo dulces, tartas de manzana y pasteles de chocolate, también disfrutaría devorando pastelitos de cabello de ángel, cañas de crema, bollitos, buñuelos de viento y tortas de anís que lo volvían loco y croissant de chocolate y... Basta!!! dijo la madre un día que el niño se negaba rotundamente a cenar su plato de verduras y pescado, si no te acabas el plato te irás a la cama sin postre. Y como el niño no probó bocado se fue a su habitación sin más. Y allí estaba maldiciendo su plato de verduras con pescado. ¡¡¡Ojalá no tuviera que comer verduras y pescado nunca más!!! Me pasaría la vida comiendo dulces... De repente ante sus ojos apareció una hermosa señora que no era otra que su hada madrina y le dijo: "he venido a concederte este deseo que acabas de formular, a partir de ahora no tendrás que comer nada más que dulces y pasteles como a ti te gustan". "¿De verdad, hadita, no tendré que comer nunca más pescado ni verduras ni garbanzos?" "Nunca más pequeño, a partir de ahora todos los alimentos que toques se convertirán en deliciosos productos de pastelería" y, después de despedirse, desapareció con la misma facilidad con que había aparecido. Al día siguiente el niño comprobó que su deseo se había hecho realidad. El desayuno consistió en un tazón de chocolate con nata acompañado por unos churros calientes. Al mediodía no tuvo menos suerte, un surtido de tartas y pastelitos lo esperaban encima de la mesa mientras el resto de la familia se comía su plato de patatas con carne estofada. Al niño le supo mal no poder probar aquel plato que era uno de sus favoritos pero no se quejó puesto que prefería seguir con lo suyo. Y a la hora de la cena un pastel de moras y una natilla se comió. Y así fue al día siguiente y al otro hasta que un día se quedó desganado. "¿Que hay para comer mamá?"" Hoy tienes tarta de nueces con chocolate" "No me apetece mamita, ¿no hay nada más?" "Tienes pastel de moras o tarta de chocolate o natillas de vainilla o... "No sigas mamá, no tengo más hambre". En aquel momento la familia estaba comiéndose un plato de verduras y el niño observó como humeaban aquellas patatas, las verdes acelgas que se adivinaban tiernas, aquellas zanahorias de color intenso y los brillantes guisantes todo regado con aceite de oliva virgen y también miraba la cola de merluza adornada con rodajitas de limón y las rebanadas de pan crujiente. Pero en cuanto intentaba tocar algo, inmediatamente se convertía en un delicioso pastel. El niño se levantó disgustado y corrió hacia su habitación llorando. "Hadita, hadita buena, donde estás quiero comer un plato de verduras y pescado como los demás". La hada madrina que era muy comprensiva acudió a su llamada. "Estas seguro de que ya no quieres comer dulces todos los días". "Estoy seguro, quiero comer como todos y de vez en cuando... un dulce". Y así fue. Cuentan que a partir de entonces fue un fantástico gourmet

Nuria Roch Royo

LA ISLA DE LA SALUD




 LA ISLA DE LA SALUD

EN UNA REMOTA ISLA, CERCA DE ÁFRICA DEL SUR, SE DESARROLLABA UNA ESPESA VEGETACIÓN, DIGNA DE SER ADMIRADA POR LOS MÁS GRANDES CIENTÍFICOS DEL MUNDO.

ESTA VEGETACIÓN POSEÍA UNA GRAN VARIEDAD DE ESPECIES, TODAS CON DIFERENTES CARACTERÍSTICAS MEDICINALES APLICABLES A UNA GRAN VARIEDAD DE ENFERMEDADES DEL SER HUMANO.

LA ISLA ERA DE UNA GRAN BELLEZA EXÓTICA, TENÍA PAISAJES HERMOSOS Y UNA GRAN FUENTE DE AGUA CRISTALINA UBICADA EN EL CENTRO DE ELLA, A SU ALREDEDOR SE HACÍAN PEQUEÑAS AGRUPACIONES DE PLANTAS SEGÚN SU ESPECIE Y SEGÚN EL BENEFICIO QUE OTORGABA A LAS DIFERENTES PARTES DEL CUERPO Y SUS ENFERMEDADES. PARA CURAR ENFERMEDADES DEL CORAZÓN HABÍA UN GRUPO DE PLANTAS MEDICINALES SOLO PARA ELLO, EN EL CASO DE ENFERMEDADES DE LA PIEL, TAMBIÉN EXISTÍA UNA AGRUPACIÓN ESPECIFICA PARA ELLO Y ASÍ PARA TODAS LAS ENFERMEDADES.

ERA TANTA SU PERFECCIÓN QUE SIEMPRE SE PENSÓ QUE HABÍA UN SER SUPERIOR Y CREADOR DE TODA ESTA BELLEZA, QUE SE ENCARGABA DE CUIDAR, SEMBRAR, CLASIFICAR Y PROTEGER TODA LA ISLA.

CIERTO DÍA EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK UN FAMOSO BOTÁNICO LLAMADO CARLOS STRONG, QUE PRACTICABA LA MEDICINA HOMEOPÁTICA, DECIDIÓ PARTIR SIN RUMBO FIJO ACOMPAÑADO POR SU ESPOSA, AUN LUGAR QUE LE OFRECIERA NUEVOS CONOCIMIENTOS.

EL SEÑOR STRONG SALIÓ CON SU BARCO Y DESPUÉS DE VIAJAR 3 MESES LLEGÓ A LA ISLA Y MARAVILLADO LA LLAMÓ “ LA ISLA DE LA SALUD”.

EL Y SU ESPOSA RECORRIERON TODOS LOS LUGARES QUEDANDO CADA DÍA MAS FASCINADOS POR SU BELLEZA Y UTILIDAD, CADA DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS ESPECIES Y SUS UTILIDADES LE DABAN A ESTE BOTÁNICO EL DESEO DE ENRIQUECERSE CON LA VENTA DE PÓCIMAS MILAGROSAS Y CURATIVAS, DÍA A DÍA SU MENTE DIVAGABA EN EL GRAN NEGOCIO QUE IBA A HACER, PLANIFICANDO COMO TRASLADAR TODO LA VEGETACIÓN A NUEVA YORK SIN IMPORTARLE LA DESTRUCCIÓN DE AQUÉLLA HERMOSA ISLA, TAMPOCO PENSÓ EN AYUDAR A AQUELLOS ENFERMOS QUE SE QUEDARON ESPERANDO POR EL, PARA QUE LES DIESE UN REMEDIO A SUS ENFERMEDADES, SOLO PENSABA EN ¡DINERO!, ¡DINERO! Y ¡MÁS DINERO! PENSABA EN RIQUEZAS, FORTUNA Y DELEITES PARA EL Y SU ESPOSA.

UNA MAÑANA CUANDO CARGABA SU BARCO DE PLANTAS, DIVISÓ A LOS LEJOS UNA CASCADA DE AGUA, SE DIRIGIÓ A ELLA , NO CAMINABA SI NO QUE CORRÍA Y DE LA MANO LLEVABA A SU ESPOSA QUIEN POR POCO CASI SE CAE.

EL SEÑOR STRONG PENSABA QUE ERA OTRO DESCUBRIMIENTO QUE LE DARÍA MAS DINERO.

AL LLEGAR SE ENCONTRÓ CON UNA CASCADA DE AGUA QUE CAÍA Y FORMABA UNA HERMOSA LAGUNA DE AGUA CRISTALINA, EN EL FONDO SE PODÍA VER PEQUEÑAS PIEDRECILLAS BLANCAS Y ALREDEDOR DE ELLA CRECÍAN UNOS HONGOS JAMAS VISTOS POR EL, SE VEÍAN ROJOS Y APETITOSOS, MIENTRAS TANTO SU ESPOSA SE ENCONTRABA YA DENTRO DEL AGUA DISFRUTANDO DE UN AGRADABLE BAÑO, PERO ANTES DE SALIRSE, ACARICIÓ ENTRE SUS MANOS UNO DE ESTOS HONGOS, LLENÁNDOSE DE DESEO SE COMIÓ UNOS CUANTOS.

PARA SORPRESA DEL ESPOSO, VIO COMO SU ESPOSA SIENDO UNA MUJER DE 60 AÑOS, REJUVENECIÓ Y REJUVENECIÓ HASTA QUEDAR CONVERTIDA EN UNA JOVEN Y HERMOSA MUJER, EL SEÑOR STRONG GRITÓ DE ALEGRÍA PORQUE CREÍA HABER ENCONTRADO EL SECRETO DE LA ETERNA JUVENTUD, INMEDIATAMENTE EN SU MENTE PASABAN Y PASABAN NÚMEROS Y MUY ALEGREMENTE DECIDIÓ RECOGER TODOS LOS HONGOS QUE SE ENCONTRARA.

MIENTRAS ESTO OCURRÍA EN LA MENTE Y EN SU CORAZÓN, EL SER SUPERIOR QUE CUIDABA LA ISLA , LEYÓ LOS PENSAMIENTOS DE ESTE HOMBRE VIENDO QUE EN SU INTERIOR NO HABÍA AMOR POR LA HUMANIDAD. ASÍ QUE DECIDIÓ DARLE UNA LECCIÓN INOLVIDABLE A TODAS LAS PERSONAS QUE SE ACERCARAN A ESTA ISLA.

UN DÍA ANTES QUE EL BARCO ZARPARA, CON TODO SU BOTÍN, LA SEÑORA STRONG DECIDIÓ REGRESAR A TAN RICAS AGUAS, Y AL VER UNO DE ESTOS HONGOS NO RESISTIÓ LA IDEA DE REJUVENECER UN POCO MÁS, Y LO COMIÓ . SIN DARSE CUENTA, PASÓ DE JOVEN A NIÑA, DE NIÑA A BEBÉ Y DE BEBÉ A LA SEMILLA QUE LE DIO LA VIDA, ESTÁ SEMILLA SE INTRODUJO EN LA TIERRA COMO SI UNAS MANOS INVISIBLES LA ESTUVIERAN SEMBRANDO, Y ALLÍ GERMINÓ Y CRECIÓ UN HERMOSO ÁRBOL QUE POR SU FORMA Y ATRACTIVA BELLEZA LE LLAMARON VANIDAD.

MIENTRAS TODO ESTO OCURRÍA EL SR, STRONG ENSIMISMADO EN SU MISIÓN ABSURDA, NO PERCIBIÓ LA FALTA DE SU ESPOSA, SIGUIENDO ENCEGUECIDO CON SU PLAN.

CUANDO ESTABA A PUNTO DE ZARPAR CANSADO RECOSTÓ SU PIE A UNA ROCA, PERO CUAN GRANDE FUE SU SORPRESA CUANDO ESTA ROCA COBRÓ VIDA PROPIA Y ATRAYÉNDOLO A ELLA LO CONVIRTIÓ EN UNA GRAN ROCA CON FORMA DE HOMBRE, QUE ERA VISTA POR TODOS LOS VISITANTES QUE AÚN A LO LEJOS DIVISABAN LA ISLA Y DECÍAN “ALLÍ YACE EL HOMBRE QUE POR SU AVARICIA QUEDÓ CONVERTIDO EN EL MONUMENTO A LA AVARICIA.

FIN

EL MONARCA DE LA MANO HORADADA

 



EL MONARCA DE LA MANO HORADADA

Alfonso VI fue llamado el "monarca de la mano horadada". Este nombre tuvo su origen en los tiempos en que este rey se hallaba en el palacio de Almenón, rey árabe, de quien fue huésped al ser despojado del reino de León por su hermano Sancho.

Alfonso VI era hermano del gran Fernando I, que al morir, tras haber logrado victorias importantísimas sobre los árabes, cometió el error de dividir sus estados entre sus hijos. A Alfonso le correspondió León; a García, Galicia y a Sancho Castilla. A sus dos hijas Urraca y Elvira les dejó respectivamente los señorios de Zamora y Toro. Esta división impolítica dificultó en gran manera lo conseguido hasta entonces. La unidad del reino cristiano y la derrota del moro invasor, lo cual llegaría a ser realidad tres siglos después.

Como era que Sancho era el mayor de los hermanos, se creyó con más derechos y resolvió usar la fuerza para imponerse. Primero se enfrentó con Alfonso al que derrotó dos veces, la segunda con la ayuda del Cid Campeador. Alfonso fue encerrado en el castillo de Burgos hasta que los ruegos de su hermana Urraca salió en libertad para entrar en un convento.

El caracter bondadoso y caballeresco de Alfonso le granjeó las simpatias del moro que le trató como a un hijo. Le regaló una hermosa quinta a orillas de Tajo y en ella pudo vivir el monarca destronado con todo regalo y comodidad acompañado por tres de sus leales caballeros. Don Alfonso se hubiera sentido felíz de no recordar la humillación sufrída al arrebatarle su hermano el trono.

Hecho este preambulo, vamos a relatar el hecho que dió motivo a que el rey fuera llamado el de la mano horadada.

Cierta mañana el rey moro Almenón se hallaba con sus caballeros en la finca de Alfonso y entre ellos se suscitó una conversación acerca de la inexpugnabilidad de la plaza de Toledo.

- Es muy difícil apoderarse de Toledo, pero yo creo que la plaza no es inexpugnable- dijo uno de los caballeros.

-Yo creo, por el contrario que no ha nacido aún el que sea capaz de entrar en ella en son de guerra- afirmó otro.

El que había hablado antes insistió:

- Toledo puede ser tomado. No me cabe la menor duda.

- ¿ Y de qué medios se valdría para conseguir ocuparla?- Preguntó otro de los que intervenían en la conversación.

- Si yo fuera caballero cristiano y proyectara cercar Toledo, lo primero que haría es talar todos los campos de los alrededores; de tal modo, faltarían viveres y Toledo no tendría otro remedio que rendirse.

Las palabras del moro convencieron a todos, pero pronto se sobresaltaron al darse cuenta de que a pocos pasos de ellos se estaba don Alfonso, echado sobre el césped y en actitud de dormir. Pero ¿ era verdadera su actitud o sólo fingía y había oído la conversación?. La situación era peligrosa para ellos. Aquel hombre podía algún día ser el rey de Castilla y León y podía aprovechar entonces la idea que tan indiscretamente le habían brindado sus huéspedes. Intentaron averiguar si realmente dormía, pero sin resultado. El rey seguia inmóvil bajo el árbol. Como no estaban muy seguros, uno de ellos trajo una basija con plomo derretido y derramó unas gotas sobre la palma de la mano de Alfonso, el cual no se movió siquiera y continuó haciéndose el dormido en un esfuerzo sin precedentes a pesar del dolor que la quemadura debió producirle. Por este motivo se le llamó el de la mano horadada.


Sin embargo, se han echo varias objeciones a esta leyenda, pues no parece verosímil que uno pueda aguantar tanto el dolor o en el caso en que estubiera dormido no despierte al notar el plomo hirviente en la palma de su mano. Por ello hay quien afirma que el sobrenombre de la mano horadada se le dió por su generosidad y prodigalidad. Sea como sea hay que constar que este sobrenombre acompaño siempre al rey.

Hay también otra leyenda que se refiere a los mismos personajes y ocurrió en la misma época poco mas o menos. Dicen que al rey Alfonso se le erizaron los cabellos en presencia de Almenón y cuanto más pasaba el moro su mano sobre la cabeza del cristiano, más se erizaban los cabellos de éste.

Aquello extraño mucho a todos y algunos adivinos dijeron que era un significativo claro de que Toledo sería conquistada por los cristianos. Sólo se desharía el maleficio si Almenón expulsaba a Alfonso de su reino. Pero el moro era un hombre recto y no hizo caso de augurios y supersticiones.

Con el tiempo, y cuando ya Almenón y su hijo habían muerto, el rey Alfonso conquistó Toledo, pero sin tener necesidad de apelar a la estrategia que oyera tendido en el árbol, pues conocía de sobras la ciudad y sus defensas.

Mientras Alfonso fue huésped de Almenón ocurrieron dos grandes hechos historicos en la España cristiana. Sancho se había apoderado de Galicia y del señorío de Toro y sólo le quedaba Zamora, que opuso encarnizada resistencia justificando el dicho popular "No se tomó Zamora en una hora".

Alfonso comenzaba a dar muestras de desaliento cuando llegó la noticia de la muerte de Sancho a manos de Bellido Dolfos. No pasó mucho tiempo en llegar un mensajero de parte de doña Urraca, el cual notificó a don Alfonso que había sido proclamado rey de los castellanos.

Al enterarse de esta buena nueva los amigos de don Alfonso le aconsejaron prudencia y discrección. Debía evitar que su anfitrión el rey moro Almenón se enterara de lo ocurrido. Ahora, era ya rey de Castilla y el moro podría aprovechar la ocasión para retenerle como prisionero e imponerle condiciones.

El rey Alfonso desoyó los consejos de sus amigos. Ante todo, el era un hombre agradecido y el moro solo beneficios le había dado. Por ello dijo a los suyos:

- No haré caso de lo que decís, aunque sea por mi bien. Almenón ha sido para mí como un padre y yo debo comportarme como un hijo sin ocultarle nada. No soy un desagradecido.

Una vez dichas estas palabras, el rey se encaminó hacia el alcazar real y solicitó una audiencia con Almenón.

El rey moro que ya estaba al tanto de los sucesos acaecidos y sabía que por tanto su huésped era el rey de Castilla, le hizo pasar en seguida a su presencia real.

-El asesinato de mi hermano Sancho me ha colocado en el trono de Castilla, rey Almenón. Esta es la nueva que quería que supieras cuanto antes. Estoy aquí en calidad de huésped tuyo y ahora que ya sabes lo sucedido pido tu venia para marcharme a fin de ser coronado rey.

- Sabía todo esto amigo Alfonso, quizá antes que tu, y doy gracias a Alá por haberte inspirado lo que acabas de hacer. Si hubieras intentado marchar sin decirme nada, no habrías conseguido otra cosa que ser muerto o encarcelado. Toda la ciudad esta rodeada de guardias enviados por mí. Pero no temas. Ahora me doy cuenta de que eres bueno y agradecido y puedo confiar en tí lo mismo como huésped que como rey. Has actuado noblemente y puedes marcharte. Ve a coronarte rey de castilla y en cualquier ocasión que me necesites, tanto en dinero como en hombres, puedes contar conmigo incondicionalmente.

-Gracias rey Almenón. Tu generosidad no tiene igual en todos los reinos. Jamás olvidare todo lo que has hecho por mí.

-Solo te pido a cambio- dijo el moro, que respetes mis estados. Pero este juramento solo te lo pido mientras dure mi vida y la de mi hijo. Los cristianos sois más fuertes cada día y tal vez en un futuro no muy lejano nuestra raza tenga que abandonar este hermoso país. Mientras tanto, seremos amigos y aliados, si es que quieres...

-No solamente estoy dispuesto a jurar esto, sino ademas yo también te ofrezco ayuda siempre que te haga falta. Tus enemigos serán los míos.

Alfonso y Almenón se abrazaron conmovidos.

Era el año 1073. Dos años después, Alfonso tuvo ocasión de demostrar a Almenón todo su agradecimiento.

El rey árabe de Sevilla Mohamed AlNotamid, decidió invadir las tropas toledanas. Cuando Alfonso VI se enteró del apuro de su amigo no vaciló ni un momento. Con sus mejores tropas corrió en ayuda de Almenón. Cuando los toledanos vieron llegar al ejercito cristiano se asustaron porque ignoraban sus intenciones de ayuda. Entonces el rey castellano envió un emisario a Almenón anunciandole que venía a prestarle ayuda. Y tan decisiva fue la intervención del ejercito de Alfonso que el rey moro de Sevilla tuvo que huir con sus tropas abandonando el campo de batalla.

Paso el tiempo hasta que Almenón comprendió que sus días estaban contados, pero Alfonso VI aún llegó a tiempo para recoger su último suspiro.

El buen rey castellano puso su diestra sobre la cabeza del hijo de Almenón y respondiendo a la muda pregunta del moribundo exclamó:

-Tranquilo puedes irte, rey Almenón. El rey Alfonso, tu amigo, seguirá cumpliendo el juramento. Seré para tu hijo lo que tu fuiste para mí. No olvidare jamás tu hospitalidad...


LEYENDAS ESPAÑOLAS.

LA TORRE DE BABEL

 


LA TORRE DE BABEL

Toda la tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: "Ea, hagamos ladrillos y cozamoslos al fuego". Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: "Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cuspide llege hasta el cielo. Hagamonos así famosos y no estemos mas dispersos sobre la faz de la tierra". Mas Yavé descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: "He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros". Asi Yavé los disperso de allí sobre toda la faz de la tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamo Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por toda la superficie.

LA SANTA BIBLIA. Génesis 11.

Octubre de 1943, Stambruges, Bélgica.

 



Octubre de 1943, Stambruges, Bélgica.

Un avión aliado cae envuelto en fuego.
Entre el humo y el rugido del metal, un piloto estadounidense salta al vacío.
Su paracaídas se abre, pero el destino tiene una caída más para él: aterriza en un árbol, cae al suelo y se rompe el tobillo. Sin embargo, sigue arrastrándose, metro a metro, hasta una granja cercana.
Golpea la puerta sin saber si está pidiendo ayuda o firmando su condena.
La suerte —y la humanidad— estaban de su lado.
El granjero lo acoge. Y lo conduce a la casa de Clovis y Georgette Hanotte, donde una joven de 23 años, Monique Hanotte, lo mira con una mezcla de decisión y ternura.
Ella no duda: lo esconderán. Lo protegerán. Y lo sacarán de allí.
Lo que el piloto ignoraba era que Monique no era solo una joven campesina.
Era una pieza clave de la Línea Cometa: una red clandestina de casi 3.000 voluntarios franceses y belgas dedicada a una misión suicida y silenciosa:
Salvar aviadores aliados antes de que los nazis los encontraran.
Monique conocía senderos entre setos donde el aire parecía guardar silencio por ella.
Conocía a los guardias fronterizos y sabía bromear con ellos para distraerlos.
Sabía cuándo sonreír y cuándo guardar silencio.
Sabía, sobre todo, que su vida podía terminar con una sola sospecha.
Ella misma lo contaba:
«Si nos registraban, decía: “He ido al campo a buscar pan”. Era más fácil pasar siendo mujer».
Mientras sostenía una hogaza dura en la mano, llevaba vidas enteras escondidas en la otra.
La Línea Cometa rescató a más de 800 aviadores.
Monique salvó 135 de ellos.
A cada uno lo acompañó por senderos invisibles, casas seguras, bosques y estaciones donde un error podía costarle la vida.
Los nazis lo sabían.
Setecientos miembros de la red fueron arrestados.
Doscientos noventa murieron en prisiones o campos de concentración.
Pero Monique siguió.
Y sobrevivió.
Vivió hasta los 101 años, falleciendo apenas hace unas semanas.
Siete décadas después de salvarlo, la familia del piloto que había rescatado —el teniente Charles V. Carlson— viajó desde Minnesota hasta Bélgica para darle las gracias en persona.
Ella, que había arriesgado su vida tantas veces, los recibió con la modestia de quien nunca consideró su valentía como heroísmo.
Monique Hanotte no empuñó un arma.
No llevó uniforme.
No marchó en desfiles.
Su resistencia fue otra:
la de caminar sin ser vista,
guardar secretos que podían costar vidas,
y creer —en plena oscuridad europea— que un ser humano vale más que cualquier bandera.
Algunas guerras se ganan sin disparos, solo con la luz de quienes se niegan a dejar morir a otro.
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En 1847, una viuda eligió más alto de sus esclavos para generar una nueva línea con sus cinco hijas

 



En 1847, una viuda eligió más alto de sus esclavos para generar una nueva línea con sus cinco hijas

La hacienda San Rafael se extendía como un mar de caña de azúcar bajo el sol implacable de Veracruz. Era 1847 y México apenas se recuperaba de la invasión estadounidense mientras las estructuras coloniales seguían arraigadas en tierras como aquella. Doña Catalina Montes de Oca enviudó tres meses atrás cuando su esposo, don Ernesto, cayó fulminado por la fiebre amarilla que asolaba la costa.
A sus años quedó al mando de 200 heectáreas 37 esclavos. Aunque la esclavitud había sido abolida oficialmente en haciendas remotas, las viejas costumbres persistían bajo nuevos nombres, y cinco hijas sin casar, cuyas edades iban de los 19 a los 26 años. La viuda era una mujer de voluntad férrea, moldeada por una vida de privilegios.
pero también de pragmatismo brutal. Sus hijas Magdalena, Rosario, Clemencia, Beatriz y La Menor Socorro habían sido educadas para casarse con ascendados o comerciantes prósperos. Pero la guerra había diezmado las fortunas de muchas familias y los pretendientes escaseaban. La línea de los montes de Oca, con su supuesta pureza de sangre y apellidos ilustres, corría peligro de extinguirse.
Doña Catalina no permitiría que el imperio que su difunto esposo construyó cayera en manos ajenas por falta de herederos varones. Si te gusta esta historia, suscríbete al canal y déjame en los comentarios desde dónde nos estás viendo. Ahora sigamos con lo que sucedió. Una tarde sofocante de julio, doña Catalina ordenó a su capataz un mestizo llamado Evaristo, que reuniera a todos los esclavos varones en el patio principal.
Los hombres llegaron desconcertados, quitándose los sombreros de palma y agachando las cabezas ante la presencia de la patrona. Ella los observó uno por uno con ojos calculadores, como quien evalúa ganado en el mercado. Su mirada se detuvo en Tomás, un hombre de origen africano que destacaba no solo por su altura medía casi 2 m, sino por su constitución poderosa y rasgos marcados.
Tenía 31 años y había llegado a la hacienda 15 años atrás, traído desde el puerto cuando aún era un adolescente asustado que apenas hablaba español. "Tú,", señaló doña Catalina, "¿Cómo te llamas?" "Tomás, mi señora", respondió él con voz grave, manteniendo la vista en el suelo. "Mírame cuando te hablo", ordenó ella.
Tomás levantó lentamente sus ojos oscuros hasta encontrarse con la mirada penetrante de la viuda. Desde hoy tus responsabilidades cambiarán. Evaristo te dará instrucciones. Los demás esclavos fueron despedidos y regresaron a los campos, murmurando entre ellos, sin comprender qué hacía especial a Tomás. El hombre tampoco entendía, pero obedeció cuando el capataz lo condujo a una habitación en la casa principal, algo inaudito....👇👇👇
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