La obesidad y el dolor lumbar son los principales contribuyentes a la discapacidad global e imponen cargas socioeconómicas significativas. El dolor lumbar afecta a todas las poblaciones, pero ciertos factores de riesgo se asocian con una mayor incidencia y gravedad. Estos incluyen la edad, la predisposición genética, la obesidad, las condiciones laborales, el tabaquismo y el sedentarismo.
El dolor lumbar puede tener diversas causas, como distensión muscular, lesiones de ligamentos, degeneración de las articulaciones facetarias y degeneración discal intervertebral. Los discos intervertebrales, ubicados entre las vértebras, son esenciales para la movilidad, la flexibilidad y la distribución de la carga de la columna vertebral.
La obesidad contribuye significativamente a la degeneración discal intervertebral y al dolor lumbar. Tradicionalmente, se ha considerado la sobrecarga mecánica como el principal vínculo, pero la literatura actual señala eventos adicionales como la inflamación sistémica y las alteraciones metabólicas, que en combinación con la sobrecarga mecánica contribuyen a la degeneración del disco intervertebral, las articulaciones facetarias, los músculos paraespinales y la grasa epidural.
Cada vez hay más evidencia que sugiere que la obesidad y el dolor lumbar están estrechamente interrelacionados, creando un círculo vicioso de dolor crónico, movilidad reducida y aumento de peso.
El círculo vicioso de la obesidad y el dolor lumbar
Ruiz-Fernández, C., Schol, J., Ambrosio, L. y Sakai, D. (2025)


